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  • Cultura visual cotidiana y el consumo de imágenes de la patria en el Río de la Plata (1880–1910)
  • William Acree

“Hoy recibió mi papá una carta de tío y pronto le contestará. Victoria dio luz a un niño. Recibí los saludos que te envía tu primo”.1 Además de la noticia del nacimiento del niño, la imagen al reverso de la nota es del Palacio Legislativo de Montevideo, edificio en vías de construcción para la nueva sede del parlamento. Desde Salto, en el noroeste de Uruguay, una tal A.M. reclamaba a Vicente Magallanes en Montevideo el no haberle escrito de vuelta: “Ya veo que mi distinguido y muy amable corresponsal me tiene completamente olvidada. ¿Por qué no me ha enviado la postal aquella?”2 A.M. eligió una escena campestre que muestra una mujer “alcanzándole un cimarrón” a su hombre para acompañar su nota, y la franqueó con un sello ilustrado con reses como ícono de los recursos ganaderos de Uruguay. Estos mensajes se inscribieron en tarjetas postales, fueron enviados y recibidos, y leídos por sus destinatarios, entre otros en el proceso de su entrega.

A partir de la década de 1880 algunos medios impresos, con raíces en lo visual, empezaron a tener una difusión masiva y, por ende, un impacto cotidiano en el Río de la Plata. Estos medios incluyeron tarjetas postales como las citadas arriba, sellos postales, papel moneda, cajas de cigarrillos y fósforos, y avisos en periódicos y re-vistas. Todos portaban imágenes cargadas de simbolismo para promover un imaginario y un producto, y en muchos casos la idea de la patria estaba detrás del nuevo repertorio visual.

Los medios producidos por las nuevas instituciones como los bancos “de la nación” o los correos naturalmente emplearon imágenes de índole nacionalista (u oficialista), algunas de las que se convertirían en iconos.3 Pero también un sinfín de industrias argentinas y uruguayas combinaron este panorama patriótico visual con las tecnologías de impresión a escala masiva. Los cigarrillos La Paz en Uruguay, que salieron en 1904 para festejar el fin de la última guerra civil, promovieron un imaginario [End Page 137] patriótico y de hermandad que se podía literalmente “fumar”. Al otro lado del río se vendían Cigarrillos Centenario cuyas cajas contenían retratos de la Libertad (la imagen femenina simbólica de la patria). Los dueños de esta compañía armaron una fuerte campaña de propaganda antes, durante y después del centenario del comienzo de las guerras de independencia en la región en 1910. Tales objetos impresos fueron parte de una nueva cultura material que se implantó cada vez más en la vida diaria en el Río de la Plata en torno al cambio de siglo.

Aquí me propongo estudiar algunos ejemplos de estos objetos para entender cómo se compraba y vendía la patria a través de la cultura visual de todos los días, la que se experimentaba en las prácticas sociales cotidianas así como en las exposiciones o celebraciones oficiales. La visión de la patria, tal como estos medios impresos comunicaban, consiste de un conjunto muy amplio de imágenes. Éstas iconografías se refieren a veces a la noción de la nación entera y a veces a algo más específico, como por ejemplo algunas características de la cultura política o popular, una vista conocida, una forma de ser o una tradición. Como veremos, la compra y la venta de este imaginario eran formas “naturales” no solo de invocar supuestos valores y actitudes compartidos o inculcarlos donde no los había, sino también de consumir la patria.

Antes de analizar las fuentes, conviene trazar un breve esquema de la nueva cultura material, sobre todo vinculada al impreso, a finales del siglo. La industria editorial de la región experimentó un crecimiento explosivo después de 1860. Combinado con el establecimiento de los sistemas de educación primaria pública más exitosos...

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