Memorial de disidencias: vida y obra de José Manuel Caballero Bonald by Julio Neira (review)

Oportuna, completa, interesante y fluida son algunos de los adjetivos con que podríamos calificar Memorial de disidencias: vida y obra de José Manuel Caballero Bonald, del catedrático de Literatura Española de la Universidad Nacional de Educación a Distancia Julio Neira (Madrid, 1954), sobre el Premio Cervantes 2012. Sin duda alguna que la vida de Caballero Bonald, como podemos ver en las más de 600 páginas de este volumen, podría considerarse de herencia esproncediana por vocación, y ahora por adscripción. Ampliamente leídos, conocidos y celebrados son sus dos volúmenes de memorias, Tiempo de guerras perdidas (1995) y La costumbre de vivir (2001), refundidos en un solo tomo bajo el título unitario de La novela de la memoria (2010). En ellos se aboga por una contraposición del término “memorias”, y lo que ello significaba, frente al concepto de “autobiografía”, más reductor. En efecto, las memorias poseen un componente ficcional que la autobiografía no permite, y Caballero Bonald aprovechó su “biografía novelada” para olvidar, a veces de manera intencionada, y otras inconscientemente, detalles que pueden aportar en muchas ocasiones aspectos y luces —con sus respectivas sombras— interesantes para no solo leer su obra de una manera más reglada, o cabal, sino sobre todo para comprender la real y extendida dimensión del “personaje Caballero Bonald”, uno de los intelectuales más importantes de la segunda mitad del siglo XX y de lo que va del XXI. Una etopeya —como acuñó Ángel González— a todas luces admirable.

El rigor científico con que nos obsequia esta labor de ratón de biblioteca, hemerotecas, y en suma todo el conocimiento que Julio Neira despliega, es incalculable. Para los conocedores de la obra y vida de Caballero Bonald, no solo a través de sus memorias sino del conjunto de sus libros de poemas, novelas, crítica, etcétera, este libro es un valioso documento que pormenoriza con cuidadoso escrúpulo detalles decisivos a tener en cuenta a la hora de establecer juicios cronológicos y, por consiguiente, también literarios. Y también para los que todavía no conocen la obra del jerezano, pues se lee como una biografía al uso, con sus correspondientes atractivos. Por ejemplo, saber que cuando nuestro autor ganó el Premio Boscán con Las horas muertas, en 1958, era la tercera vez que se presentaba (216), explicándonos Neira incluso los títulos con los que se presentó a dicho premio, y en qué lugar quedó, porque las deliberaciones fueron públicas y se conocieron en la madrileña Correo literario o en la barcelonesa Revista. Esa intrahistoria ahora se ve completa gracias a la magnífica labor de Julio Neira:

Creado en 1949, el Boscán había sido ganado por Alfonso Costafreda, Blas de Otero, Victoriano Crémer y el venezolano José Ramón Medina. Era un premio prestigioso que, de ganarlo, le abriría las puertas del ámbito barcelonés. Y a punto estuvo de lograrlo, pero se quedó a medio camino, víctima del juego táctico de las sucesivas votaciones. Conocemos las deliberaciones del jurado porque, contra lo habitual entonces y ahora, su secretario José María Castellet las hizo públicas con todos los pormenores en un reportaje de Correo literario, quizás por estar disconforme con el resultado.

(170)

El profesor Neira nos relata en qué restaurante fue la cena, los miembros del jurado, la calidad de los libros presentados y cómo discurrió la deliberación, para terminar afirmando que “En suma, su libro gustó a todos, pero no fue el que más gustó a la mayoría” (171). Esa es la historia de la primera vez que Caballero Bonald se presentó al Boscán, en 1953, al que le sucedería otra vez más antes de conseguirlo, a la tercera, en 1958.

Por tanto esta...