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  • XXX Festival Iberomericano de Teatro de Cádiz:Espectáculo y reflexión sobre el teatro español y latinoamericano
  • Miguel Ángel Giella

Esta trigésima edición (del 16 al 24 de octubre) del Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz estuvo configurada por veintiséis grupos (12 latinoamericanos y 14 españoles) procedentes de diez países (Argentina, Bolivia, Chile, Cuba, Ecuador, México, Perú, Portugal, Uruguay y España) con espectáculos de dramaturgia propia, creación colectiva o adaptación de textos de la literatura universal, con significativa presencia de la danza tanto en sala como en calle, y con las actividades paralelas habituales, así como los foros, debates y exposiciones que complementaron una programación que remarcó la vitalidad actual de la escena iberoamericana.

El Festival se inauguró con un espectáculo de calle y uno de sala. A las ocho de la noche el grupo de calle Forani Teatre partió desde la Plaza de San Antonio con La banda foránea, de Arnau Colom y Enric Rovira, en el que seis músico-clowns (clarinete, trombón de varas, banjo y percusión) interpretaron música mediterránea, balcánica, circense, acompañados por un público entusiasta que los escoltó durante todo el trayecto hasta llegar al Gran Teatro Falla. Fue allí, donde a las diez de la noche, la compañía Chirigóticas puso en escena Juanita Calamidad (Todo el mundo tiene un pasado), de Antonio Álamo (dramaturgia) y Ana López Segovia (letras). La chirigota es una comparsa que se junta en carnavales para cantar coplas en las que se burlan, ridiculizan y critican diferentes aspectos de la sociedad. La puesta está inspirada en el carnaval callejero de Cádiz y en el repertorio de la Chirigota de las Niñas. Juanita Calamidad (Calamity Jane) es una mujer que vive el presente, que pone en cuestión la noción de género y que no es casta ni abnegada ni sumisa. Ana López Segovia (Calamidad), Teresa Quintero (Loli, Madre) y Alejandra López Segovia (Alien, Rosi, Anestesista), dan [End Page 253] vida a esos personajes que cantan, bailan e interpretan un texto divertido, lleno de gags, que el público gaditano supo apreciar con un cerrado aplauso.

Tres puestas argentinas se presentaron en Cádiz: Las ideas, de Federico León, la compañía Banfield Teatro Ensamble con El loco y la camisa de Nelson Valente, y Otelo, adaptación de Gabriel Chamé Buendía de la obra de William Shakespeare.

Comenzamos con Las ideas de Federico León. Un artista (Federico León) y su colaborador (Julián Tello) trabajan en un estudio desarrollando diferentes proyectos artísticos y aplicando las nuevas tecnologías. El mobiliario consiste en una cámara de vídeo, un sintetizador y una mesa de ping-pong colocada en ángulo, sobre la que se proyecta el escritorio de un portátil. El espectador observa cómo surgen las ideas del artista y su colaborador, sus dudas, vacilaciones, correcciones. El artista navega por la red, edita secuencias de vídeo y mezcla imágenes y sonido que se reproducen hasta el infinito. Asistimos a la transformación del posible material para una obra. El debate entre estos dos personajes va más allá: manipulan la realidad y cuestionan la ficción, o se preguntan qué es necesario generar para que la obra parezca real. La realidad influye en la ficción y ésta en la realidad. Una audaz propuesta que pone en tela de juicio preconceptos sobre la ficción. Excelente.


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Las ideas. Foto: Victor López

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El loco y la camisa refiere en su estructura aparente a una familia disfuncional, mientras que en su estructura profunda la pieza tiene que ver con el patriarcado tratado de distintas formas. Una familia humilde vive en un apartamento en la zona sur de Buenos Aires: un padre autoritario; Matilde, una madre sufrida; una hija que invita a cenar a su novio abogado que vive en un barrio de clase alta al norte de Buenos Aires; y un hijo, Beto, con alguna alteración mental. La...

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