Abstract

La efímera vida del género de la mojiganga dramática coincidió con el declive del Imperio español y el desarrollo fastuoso de la fiesta barroca. Partiendo de la aceptación de que, como indicaban José Antonio Maravall y José Luis Díez Borque, el teatro y las fiestas tenían una función propagandística y tomando como punto de partida teórico el concepto de teatrocracia de George Balandier y el de resistencia al poder de Michel Foucault, en este artículo se analiza la función y sentido de la mojiganga dramática dentro de la fiesta barroca, atendiendo a la finalidad propagandística de esta. Mientras que la proliferación y aumento en boato de los desfiles y festejos organizados por autoridades civiles y eclesiásticas respondían a la necesidad de teatralizar y demostrar el esplendor de un régimen que se estaba desmoronando, la mojiganga dramática, al igual que los otros elementos burlescos de las fiestas, demostraba la inviabilidad de cualquier sistema que estuviese basado en principios opuestos a los dominantes. (TdMM)

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