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  • Carmiña and the city:Visiones de Nueva York en la obra gráfica de Carmen Martín Gaite
  • Juan Senís Fernández, Marta Sanjuán Álvarez, and Eva Villar Secanella

El impacto que tuvo Nueva York en la obra de Carmen Martín Gaite, quien llegó a calificarla como “la ciudad más fascinante del mundo” (“Bosquejo” 24), es patente sobre todo en dos libros suyos distintos pero con dos nexos de unión muy claros. Tanto Caperucita en Manhattan (1990) como Visión de Nueva York (2005) aluden a la Gran Manzana desde el título, pero también coinciden en que en ambas se manifiesta de forma significativa la faceta aún poco estudiada de Carmen Martín Gaite como artista visual, ya que son las dos únicas ocasiones en que esta adquiere un protagonismo verdaderamente influyente en la construcción del significado del libro en su conjunto.1 Es esta confluencia de la ciudad de Nueva York con el decisivo peso de lo visual lo que nos impele a analizarlas conjunta y comparativamente, centrándonos en la visión de la ciudad que nos ofrece cada una de ellas a través del diálogo que se establece entre los textos y las imágenes. Nuestra intención principal es, pues, demostrar cómo estas dos obras son distintas debido a la diferente posición enunciativa asumida desde el principio por la propia autora, de manera que cada una de estas visiones de Nueva York no está condicionada tanto por los contenidos como por el marco textual y de opción genérica del que se parte en ambas obras, y, sobre todo, por la relación distinta que se establece entre texto e ilustración. Así, como veremos a continuación, mientras que Visión de Nueva York se podría considerar fundamentalmente un álbum ilustrado o libro-álbum, por la relación interactiva y complementaria de los códigos visual y verbal, la cual ofrece una visión de Nueva York más dinámica y poliédrica, Caperucita en Manhattan sería un libro [End Page 247] ilustrado, por el carácter más bien redundante y prescindible de las ilustraciones, que además dan una visión de la ciudad más estática e idealizada, acorde con su carácter de novela para jóvenes lectores.

Visión de Nueva York

A finales de 1980, Carmen Martín Gaite tuvo la oportunidad de pasar un semestre completo en Nueva York para impartir unas clases en el Barnard College. Fue su primera estancia larga en Estados Unidos, que la llevó también a Boston y a Los Ángeles, y de ella nació un cuaderno que tras su muerte se publicaría en forma de facsímil con el título de Visión de Nueva York, por deseo de su hermana y heredera Ana María Martín Gaite.

Visión de Nueva York, pues, no fue concebido con la idea de ser publicado, sino como un eslabón más en esa larga genealogía de cuadernos de todo en los que Carmen Martín Gaite escribía las cosas más diversas,2 pero con la diferencia de que aquí el peso de lo visual es fundamental desde los primeros compases, cuando invoca a Hopper como fuente de inspiración:

Como homenaje a Hopper, y en recuerdo de Nacho, he decidido, pues, empezar este cuaderno de recortes de prensa, esmaltado de vez en cuando con algún comentario.

Porque Nueva York es una ciudad que no se puede captar ni transferir solo con la pluma, se necesitan imágenes.

(Visión 21)

Con esta declaración, la propia Carmen Martín Gaite deja claro que lo visual tendrá más importancia que lo verbal, como, en efecto, ocurre durante la mayor parte del cuaderno.

No es casual que dicho peso de la imagen se produzca precisamente en Nueva York, en ese momento de su vida y en una obra de estas características. En primer lugar, por la situación comunicativa y enunciativa de la obra, pues se trata de un documento privado en el...

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