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  • Mareantes mareados:El estrecho de Anián y las Naos a California
  • Jimena Rodríguez

El relato de viaje no se comprueba – ni se puede comprobar – de forma inmediata, característica singular y parentesco innegable con la ficción (Zumthor 291). En este sentido, una travel lie o mentira de viaje – traducción poco feliz del término empleado por Percy Adams en 1962 – es el relato contado por un viajero con la intención de engañar. Esta parece ser la historia, y el viaje, de Juan de Fuca, un navegante que dijo haber por fin descubierto y navegado el estrecho de Anián en el año 1592.1 Digo por fin dado que el mítico pasaje fue buscado infructuosamente por los europeos llegados al continente americano desde la primera mitad del siglo xvi, me refiero a la primera etapa de exploración marítima del noroeste, que incluye no sólo la serie de expediciones organizadas por Cortés sino también las del Virrey Mendoza, de donde surgen la toponimia de California y los primeros perfiles continentales del territorio en cuestión. Así es como, una vez descubierto el Mar del Sur (1513) y hallado por Magallanes el paso al Atlántico (1520), el noroeste – todavía Terra Incognita – pasó a ser el repositorio de los sueños y anhelos europeos. El estrecho posibilitaría la ruta corta hacia las Indias – la no encontrada por Colón – y de las muchas expediciones lanzadas en su búsqueda se conservan algunos derroteros que se convierten en este análisis en un valioso instrumento para estudiar un punto de vista específico: el del navegante. Desde la perspectiva de los Estudios Oceánicos me propongo considerar historias y geografías desde el espacio desestabilizador del Océano y desde el igualmente inestable cronotopo de la nave.2 Reconocer a la nao como un espacio [End Page 133] de enunciación y producción cultural en el contexto de la expansión transoceánica nos permite poner de manifiesto las convenciones, tópicos y modelos de representación de la alteridad en Occidente. El mar no es una metáfora, es un espacio de circulación de saberes y la nao es un espacio tangible de producción e invención de historias y geografías imaginarias: la “isla” de California y el Estrecho de Anián son ejemplos concretos y se configuran como un locus de deseo imperial.

I. El Estrecho de Anián: Constelaciones Geográficas

El mítico estrecho tiene su origen en un paradigma geográfico arcaico. Desde la Antigua Grecia se imaginaba a la tierra como una esfera rodeada de agua cuya parte habitada (ecúmene) tenía forma insular y contenía las partes del mundo conocidas (Asia, África y Europa). Un paso de agua en la parte norte del globo comunicaba a los dos extremos de la isla y, por consiguiente, a Europa con Asia. Ya en los albores del Renacimiento dichas ideas geográficas arcaicas se habían enriquecido con distintas tradiciones medievales y con “la mayor fuente de información geográfica en su tiempo,” los viajes de Marco Polo (Nunn 2). Cuando Marco Polo trae información sobre regiones remotas, la consensuada circunferencia tolemaica se amplía incluyendo las tierras ulteriores al mundo conocido y así es como las ideas geográficas previas a Colón imaginaban que Asia se extendía mucho más al Este de lo que verdaderamente es.3 Marco Polo narra un viaje de cuatro meses hacia una región del extremo Oeste llamada Cambaluc. Esta región, inmensamente rica en seda, terminaba en un lugar llamado Amien o Aniu. Las interpretaciones se suceden a las confusiones y el Signus Magnus (hoy Tailandia), en donde históricamente se comerciaba la seda, no sólo quedó situado 30 grados más al Este (Nunn 2-3), sino que el mítico estrecho devino corrupción del topónimo Aniu, usado por Marco Polo para designar al enorme mar al este de la India (León-Portilla 73).

Gracias a Marco Polo, los europeos también intuían que...

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