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  • Episodios sobrenaturales en textos coloniales chilenos:El “aguacero santo soberano” en el poema Las guerras de Chile (cantos X y XI)
  • Carlos Mata Induráin

Es muy frecuente encontrar en los textos que refieren la conquista de América (ya se trate de las crónicas historiográficas, ya de las recreaciones literarias de los hechos históricos) alusiones a prodigios e intervenciones sobrenaturales de distinto tipo: los españoles pueden recibir una ayuda milagrosa en los momentos más delicados de su empresa de conquista, por ejemplo cuando deben dar una batalla en la que se enfrentan a un ejército mucho más numeroso; así, en especial la Virgen María y el apóstol Santiago, patrón de España, harán su aparición varias veces y en distintos territorios:1 en la Nueva España, en el Perú y también en territorio chileno, que es el ámbito que ahora me ocupa. En ocasiones, como sucede en el episodio de Las guerras de Chile – poema épico anónimo del siglo xvii – que voy a analizar, los textos ponen esa ayuda divina recibida por los españoles en contraposición con las fuerzas y los poderes sobrenaturales invocados por los indígenas americanos, de forma que el conflicto bélico que se desarrolla en el plano humano tiene, por así decir, un correlato en el plano celestial.

Si nos ceñimos, pues, a los textos chilenos, debemos recordar las octavas 1-21 del canto IX de La Araucana,2 donde se refiere el ataque araucano a La Imperial en el año de 1554: primero se desata una fuerte tormenta y Eponamón, divinidad araucana, se presenta ante los suyos, en figura de dragón [End Page 63] infernal, para exhortarlos al asalto de la ciudad; pero poco después se les aparece también la Virgen María, en una nube, para advertirles que Dios protege a los cristianos; los indígenas siguen atentos “la visión gloriosa / de aquel velo blanquísimo cubierta” (16, 1-2) y deciden, en efecto, retirarse hacia Arauco. Ercilla, escritor poco dado a introducir en su obra elementos propios de lo “maravilloso cristiano,” señala que dudaba si referir o no este “estraño caso milagroso” (ver Prieto), aunque finalmente se decide a incluirlo:

En contar una cosa estoy dudosoque soy de poner dudas enemigo,y es un estraño caso milagrosoque fue todo un ejército testigo;aunque yo soy en esto escrupulosopor lo que dello arriba, Señor, digo,no dejaré en efecto de contarlopues los indios no dejan de afirmarlo.

(IX, 4)

Miguel Donoso Rodríguez ha estudiado otros dos episodios sobrenaturales referidos en la crónica de Góngora Marmolejo, Historia de todas las cosas que han acaecido en el Reino de Chile. En el capítulo 9, Valdivia es atacado en Concepción por más de 50.000 indios, pero recibe la ayuda de “una mujer de Castilla y un hombre en un caballo blanco” (esto es, la Virgen y Santiago), cuya aparición deja enceguecidos a los indios y desbarata su ataque. Y algo similar sucede en el capítulo 38: los araucanos atacan el fuerte de Angol, defendido tan solo por veinte españoles capitaneados por Miguel de Velasco, pero de nuevo hace su aparición “una Señora hermosísima y bella” cuya vista ciega y confunde a los atacantes. Donoso Rodríguez, antes de analizar con detalle estos dos episodios, repasa la presencia de diversos testimonios sobrenaturales en los textos medievales españoles (en especial, las apariciones de Santiago y la Virgen María), y apunta algunas de las razones que explican el paso de tales elementos a los textos de las crónicas de Indias:

Partamos, entonces, aceptando momentáneamente una primera simplificación: al comenzar la Conquista, los indígenas vienen a ser equivalentes a los moros o infieles para los conquistadores. Y así como los españoles de la Reconquista peninsular necesitaban símbolos y figuras religiosas de las cuales echar mano en la difícil lucha contra los musulmanes, los de la empresa de conquista americana, enfrentados a veces a...

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