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  • Ser esclavo en Santiago de Cuba: Espacios de poder y negociación en un contexto de expansión y crisis, 1780–1803 by José Luis Belmonte
  • Rodrigo Del Río Rivas
José Luis Belmonte. Ser esclavo en Santiago de Cuba: Espacios de poder y negociación en un contexto de expansión y crisis, 1780–1803. Madrid: Ediciones Doce Calles, 2011. 374 pp.

José Luis Belmonte nos ofrece en esta obra un nuevo aporte a los estudios sobre la sociedad esclavista en Santiago de Cuba y rellena un vacío en la historiografía cubana. Como señala Juan Marchena Fernández en el prólogo: “La historia de la isla, la del azúcar, la negritud y la esclavitud se han construido desde La Habana; parece como si cualquier análisis tuviera que realizarse a partir de perspectivas, modelos, datos, cifras y paradigmas habaneros” (9). Belmonte reconstruye la historia de la esclavitud en Santiago de Cuba desde los paradigmas, modelos, datos y perspectivas que allí se crearon. Para lograr esto se basó en documentación de archivos cubanos y españoles, junto a una extensa y bien escogida bibliografía, para articular argumentos que [End Page 235] conducen a perspectivas nunca antes vistas ni estudiadas con este nivel de profundidad.

Su trabajo presenta por primera vez un acercamiento a la sociedad esclavista de Santiago de Cuba desde las perspectivas tanto de los propietarios como de los esclavos y libertos, haciendo hincapié en la manera en la que se podía acceder a la libertad, ya fuera por las diferentes formas de manumisión o por el cimarronaje. Para llegar a este punto el autor nos guía a través de los elementos constitutivos de los sistemas esclavistas en Cuba y nos ofrece estadísticas del valor de los esclavos en relación con la propiedad de la tierra y la mano de obra. Belmonte brinda un panorama comprensivo de la sociedad santiaguera con información sobre sexo, edad, etnia y sector económico de los grupos que estudia. Santiago de Cuba se caracterizó por una economía más diversa que la habanera, pues el café, el tabaco y el ganado tenían casi el mismo peso que la industria azucarera. Esta diversidad, así como la problemática situación geográfica, fueron piezas claves que marcan las especificidades de cada región y la manera en la que se articularon sus sociedades. Un ejemplo es la diferencia de la media de esclavos en ingenios azucareros: mientras que en La Habana era de 64,88, en Santiago tan sólo era de 17,62.

La perspectiva múltiple en el estudio de Belmonte se amalgama perfectamente con la cronología que maneja en los cuatro capítulos que componen el libro. No fue hasta 1789 cuando Santiago se convirtió en un puerto principal en la trata de esclavos. Antes de este momento la ciudad dependía de los cargamentos de esclavos que provenían de La Habana, por lo que los precios eran elevados. Una vez que Santiago se consolidó como puerto de entrada y salida de esclavos, sus relaciones con otros puertos fuera de la isla se potenciaron. Ejemplos fueron el gran contacto con Jamaica, principal centro de comercio esclavista en el Caribe, así como con los Estados Unidos y finalmente, como puerto receptor en la llegada masiva de refugiados franceses. Todas estas conexiones son estudiadas a partir de factores como el apoyo español en la lucha de independencia estadounidense, el conflicto contra Inglaterra y la Revolución Haitiana. Esto obligó al gobierno colonial a pensar en diversas estrategias para regular el comercio en el área, al mismo tiempo que intentaba controlar a la población al interior de la región.

El estudio de Belmonte ve una coyuntura espacio-temporal que permitió la creación de nuevos espacios de poder y negociación considerados atípicos en otras regiones de Cuba y el Caribe. Esta situación se fortaleció por las noticias de la revolución que estaba tomando ya su forma final del otro lado del Paso de los Vientos. El miedo a una revuelta a gran escala que propiciara la creaci...

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