In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

Reviewed by:
  • Mario Levrero para armar. Jorge Varlotta y el libertinaje imaginativo by Jesús Montoya Juárez
  • Luis Alfredo Intersimone
Montoya Juárez, Jesús. Mario Levrero para armar. Jorge Varlotta y el libertinaje imaginativo. Montevideo: Trilce, 2013. 142pp.

El libro es un estudio biográfico-crítico sobre el escritor uruguayo Jorge Mario Varlotta Levrero (1940–2004), más conocido por su nom de plume Mario Levrero. La parte biográfica ocupa casi la mitad (sesenta páginas) y es quizá la zona más original, puesto que, como el mismo Jesús Montoya Juárez menciona (12), no hay estudios que se refieran a la enigmática figura de quien ha sido considerado hasta el momento como un “autor de culto”. La segunda parte se enfoca en el análisis de tres novelas: Los muertos (1986), París (1979) y Nick Carter se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo (1974), desde el punto de vista de la écfrasis como principio productor de sentido narrativo.

La obra de Levrero es de difícil definición y periodización. Ángel Rama ha clasificado al escritor rioplatense dentro de una corriente de “raros”, un rótulo nebuloso e impreciso aplicado a varios escritores de los años sesenta. También ha sido definido como “neofantástico” y perteneciente a la generación uruguaya de 1969. Lo cierto es que su incalificable producción desafía los parámetros del realismo hegemónico (64), para explorar en cambio el inconsciente, lo surreal y el absurdo. Levrero se entronca en una tradición encabezada por Felisberto Hernández y Julio Cortázar, cuyos orígenes se remontan a Kafka y el surrealismo. De estas referencias proviene el título del libro de Montoya Juárez, que es un préstamo de otro título de Carlos María Domínguez (“Levrero para armar”) y de una cita de Ángel Rama aplicada a la imaginación desbocada del escritor (“el libertinaje literario”).

Una característica notable en Levrero es la ausencia de preocupaciones o referencias socio-políticas e históricas, pero tal vez esto no sea de extrañar, si se considera que su evidente formalismo esteticista ha ido siempre de la mano del desarrollo metatextual y autorreferencial del posmodernismo y la post-vanguardia. Sus textos conjugan diversos géneros y medios populares, masivos y residuales a los que cita, deconstruye, parodia y sobre los que realiza pastiches y collages, como la historieta, la ciencia ficción, el género policial, la pornografía, el cine y la parapsicología (71). Es, como lo hacen notar algunos teóricos, una crítica a la modernidad desde formas alternativas de racionalidad surgidas en la segunda mitad del siglo XX. [End Page 394]

La sección biográfica del libro fue elaborada en gran medida gracias a entrevistas a veintitrés informantes; en este sentido es la primera obra en su género sobre el escritor oriental. Levrero nació y murió en Montevideo y comenzó a escribir en 1966 por iniciativa de un par de amigos. A excepción de una breve etapa de militancia en la izquierda, el escritor se mostró “ajeno a toda ideología y particularmente enemigo de la política de partido” (28). Aparentemente, la razón de este giro radica en la desilusión por el fracaso de los ideales revolucionarios, en las dictaduras y en el rechazo de la opción por la violencia, un itinerario común a muchos jóvenes de los años sesenta. Fuera de cortas estancias en París y Buenos Aires, la vida de Levrero se caracteriza entonces por una ausencia de eventos significativos (tal como su narrativa, se podría decir). Su mayor aventura fue intelectual y, en este sentido, una suerte de performance o creación de un personaje (su propia persona) entre excéntrico y bohemio, un poco de botarate, otro tanto de irresponsable y mucho de estrambótico.

En la sección crítica del libro, Montoya Juárez sugiere que Levrero utilizó la écfrasis para “la construcción de una poética de la imagen” en diálogo “con la cultura de masas” (74...

pdf

Share