- Los amores y desamores de Camila Candelaria by Gerardo Piña-Rosales
Los amores y desamores de Camila Candelaria, la última entrega del polifacético escritor, fotógrafo, catedrático y director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Gerardo Piña-Rosales, forma parte de un género de novelas, bildungsromans la mayoría de ellas, que abordan el tema de la inmigración desde Puerto Rico a Estados Unidos, más concretamente, a Nueva York. Relata la historia de Camila Candelaria, una joven cuyo nombre, de bellas asonancias poéticas y resonancias semánticas, crea un clima de gran intensidad.
El libro es una historia autobiográfica, en la cual Camila nos relata su vida desde los trece años de edad cuando, tras el divorcio de sus padres y una experiencia amorosa con su primo, su madre decide mudarse con sus tres hijos a Nueva York, donde tiene una hermana. Poco después de su llegada, la madre se casa con Patrick O’Hara, un viudo que es un padrastro cariñoso y atento con ella. Desafortunadamente, tras un incidente después de la boda que la envía a la sala de emergencias, Camila, que echa cada día más de menos a su padre, se encuentra triste y deprimida, y entonces deciden llevarla a ver un psiquiatra. Este será el principio de toda una serie de acosos sexuales y aventuras amorosas que llegarán a formar parte de su existencia.
Aunque esta novela no está dividida en capítulos, algunos párrafos quedan separados por asteriscos que nos sirven de guía para los cambios que ocurren en la trama. Grosso modo se podría decir que hay unas cuatro partes que la constituyen. La primera, en la que después de haberse graduado Camila de la escuela secundaria y empezar a asistir al City College de The City University of New York, se nos presenta la experiencia amorosa que tiene lugar con Edwin, un estudiante de ciencias políticas originario de Puerto Rico. A pesar de haber recibido [End Page 381] una educación muy estricta y conservadora, frente a Edwin, Camila se siente acomplejada y no pasa mucho tiempo antes de que lleguen a tener relaciones sexuales. El resultado de estas tiene como consecuencia un aborto que casi le cuesta la vida a Camila.
Irónicamente, esto no impide que siga queriéndole, pero una vez que este fallece debido a una sobredosis de drogas—o de una OD, como puntualiza Camila—la protagonista se despierta aquejada de una pesadilla espantosa. Aturdida y horrorizada a la vez, recurre a su buena amiga, Luz Selenia, quien le aconseja que, como ella no tiene el “ashé”, o gracia, debe ver a doña Casimira, una de las santeras más reverenciadas y competentes de Nueva York. Y es aquí donde empieza la segunda parte de la historia de Camila Candelaria, uno de los pasajes más interesantes de esta novela, si tomamos en cuenta el minucioso esfuerzo hecho en presentarnos, en detalle y con un vocabulario selecto, la ceremonia de santería que se lleva a cabo para deshacer a la protagonista del maleficio que la afecta. Durante varias páginas nos vemos, como lectores, sencillamente involucrados en ella, en todos sus colores, movimientos, y música. Casi podríamos decir que también en sus olores.
Seguimos, en esta tercera parte, el hecho de que después de haberse graduado de la universidad y de haber emprendido un largo recorrido por España, regalo de su madre ya bien establecida, Camila emprende sus estudios doctorales en la Columbia University. Tras varias desavenencias amorosas más, decide unirse a la Gran Hermandad Universal, una asociación religiosa fundada en la India, y visitar su ashram, o monasterio, cuya sede se encuentra en Puerto Rico. Aunque solo había pensado pasar dos o tres semanas en este lugar, resuelve, con la venia del Sublime Maestre, prorrogar su estancia ahí por tiempo indefinido. Con ciertos detalles que perfilan...