In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

  • Ecos góticos en Alfredo de Joaquín Francisco Pacheco
  • Jorge Avilés Diz

El reciente interés de la crítica por el estudio de lo gótico dentro del marco de la literatura española peninsular ha revelado de forma fehaciente no solo la existencia de un nutrido corpus de novelas del género, sino el desarrollo y posterior consolidación de una novela gótica auténticamente española. Esta incuestionable realidad historiográfica fue sin embargo constantemente negada; se imponía así la opinión de críticos como Juan Ignacio Ferreras que afirmaban sin ambages que “en la España del XIX no se produjo una auténtica novela de terror, a pesar de que podamos encontrar, con muy buena voluntad, más de un título y más de un autor” (243). Para el crítico, la novela gótica es un género de ruptura por medio del cual un determinado grupo o movimiento estético marca sus diferencias con respecto a sus predecesores para constatar su triunfo, y por ello “es claro que esta novela no podía producirse en España, donde la revolución no triunfó ni siquiera en 1868” (243). Ante la negativa de reconocer una novela gótica propiamente española, la crítica vinculó su presencia a las numerosas traducciones de novelas góticas inglesas y francesas que aparecieron en España desde principios de siglo, traducciones ya catalogadas por José F. Montesinos en 1980 y que surgieron además amparadas por un momento en el que la edición comenzaba a verse como un negocio ventajoso.

El propósito de este estudio es analizar la pervivencia de una serie de elementos góticos en un texto del romanticismo español de la década [End Page 219] de la treinta: Alfredo de Joaquín Francisco Pacheco (1835)1, un texto que a pesar de su importancia para el desarrollo del teatro romántico español, no ha despertado al menos hasta la fecha la misma curiosidad crítica que otras obras contemporáneas como el Macías (1834) de Mariano José de Larra y sobre todo, Don Álvaro o la fuerza del sino (1835) del Duque de Rivas. Además, se prestará especial atención a cómo estos elementos de estética gótica se adecuan funcionalmente dentro de la cosmovisión del mundo que propone el romanticismo.

Los recientes estudios que se han llevado a cabo sobre la novela gótica en España han traído a la luz, como mencionábamos al principio, una realidad diferente. El trabajo clave de Miriam López Santos La novela gótica en España 1788–1833 (2010)—a los que se podrían añadir importantes estudios anteriores como el de María Teresa Ramos Gómez y David Roas—ha demostrado con rotundidad que el género gótico no solo tuvo un fuerte asentamiento en España, sino que además, el complejo contexto histórico y político en el que se desarrolló le imprimió una evolución autóctona muy particular, enriqueciendo el modelo original inglés con toda una serie de temas, motivos y recursos que le darían un carácter único dentro del gótico europeo. Así, junto a toda una estética que llega de los modelos originales ingleses, nos encontramos en primer lugar con una novela gótica “de declarada intención moralizante” que está orientada sobre todo a tranquilizar a una censura que todavía esperaba por parte de los autores textos llenos de lecciones moralmente edificantes sobre todo para los lectores más jóvenes, principales consumidores del género (López Santos La novela gótica 153). En segundo lugar, estamos ante una novela católicamente motivada donde la moral que se exige de ella y que presenta es de naturaleza cristiana y no laica, ya que como nos recuerda López Santos, en estos textos “la virtud se vincula al proceder de acuerdo a los dogmas de la fe católica, pues no será completa mientras no obre bajo la luz del Evangelio” (López Santos La novela gótica 154...

pdf

Share