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  • Exilio y cosmopolitismo en el arte y la literatura hispánica ed. by Tinajero, Araceli
  • Francisco Brignole
Tinajero, Araceli, ed. Exilio y cosmopolitismo en el arte y la literatura hispánica. Madrid: Verbum, 2013. 227pp.

El volumen editado por Araceli Tinajero no se limita al exilio de personajes notables del canon literario, sino que incorpora también su representación en las artes plásticas y en la vida real. En sus palabras introductorias la compiladora no propone ni privilegia una única ni excluyente definición del exilio. Es ésta una decisión que permite diversos acercamientos teóricos en los diez capítulos de la colección, los cuales “estudian o plantean formas de estudiar el exilio (o la diáspora) de sujetos a través de la tierra y el ciberespacio” (17–18). Aunque algunos lectores y críticos puedan cuestionar la falta de una definición más estricta, Tinajero acierta al adoptar, de manera implícita, una acepción más flexible del exilio, pues nunca llega a osificarlo ni encasillarlo en su variante más canónica: la de un exilio territorial forzado por razones políticas, étnicas o religiosas.

Los exilios en México o de mexicanos en otros países son los más representados en esta colección, pero Tinajero incluye además ensayos sobre exiliados [End Page 156] provenientes de Cuba, Uruguay, España, Argentina, Costa Rica, Chile y Venezuela. Los capítulos 1 y 3, escritos por Carlos Martínez Assad y Edith Mendoza Bolio, respectivamente, estudian a México como un país receptor de exiliados e inmigrantes. El primero propone una tesis audaz, al sugerir que el ser mexicano no es principalmente producto del mestizaje entre el indio y el español, sino que “las evidencias y la apertura a otras formas de concebir nuestro origen permiten aceptar que su contenido responde más bien a un carácter multicultural” (19). Apoya su argumentación con datos demográficos concretos y con un recuento de las múltiples olas de exiliados que hicieron de México su nuevo hogar durante el siglo xx. Mendoza Bolio completa este panorama de exiliados en México haciendo lo que llama “una biografía del exilio español en Monterrey” (59), en el tercer capítulo de esta colección. Él mismo ilumina al lector recogiendo las voces y experiencias de exiliados españoles poco conocidos, que publican ediciones de autor sin propósitos comerciales ni la intermediación de casas editoriales. En el capítulo 2, también ligado a México, Rafael Lemus investiga los exilios en Madrid y en Nueva York del escritor mexicano Martín Luis Guzmán. Su ostensible propósito es “librar a este escritor del fardo nacionalista y rehabilitarlo en el campo literario” (46). Logra su cometido mediante una exploración de su devenir como escritor conforme avanza su irregular y discontinuo exilio.

Promediando esta colección encontramos dos capítulos que se ocupan de la representación del exilio en las artes plásticas, y otros dos que abordan nuevamente la temática del exilio republicano español. Natalia Rembra estudia la obra artística del cubano Víctor Manuel, la mexicana Frida Kahlo y el uruguayo José Gurvich, enfocándose en la apropiación y resignificación de una rica iconografía judía en muchas de sus obras. Según la autora, este conjunto de pinturas conjugan en el lienzo la influencia de múltiples y trashumantes identidades, desarrollando “un lenguaje visual arquetípico de la condición perpetua del exiliado judío” (99). En otro capítulo que explora la relación entre exilio e inspiración artística, Lauran Bonilla-Merchav, indaga sobre el caso de Manuel de la Cruz González Luján, pintor costarricense exiliado en Cuba, para quien el espacio del exilio no resulta ni esterilizante ni traumático, ya que la vibrante Cuba de su destierro fue precisamente “el sitio de su despegue intelectual y su acercamiento a la vanguardia internacional” (145). Integran esta sección otros dos estudios sobre las reverberaciones del exilio español en Latinoamérica. Eugenio Suárez-Galbán...

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