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Reviewed by:
  • Crisis y transfiguración de los estudios culturales latinoamericanos by Abril Trigo
  • Robert McKee Irwin and Mónica Szurmuk
Trigo, Abril. Crisis y transfiguración de los estudios culturales latinoamericanos. Santiago: Cuarto Propio, 2012. 314 pp.

Como coautor junto con Ana del Sarto y Alicia Ríos del Latin American Cultural Studies Reader (Duke UP, 2004), Abril Trigo, desempeñó un papel importante en la consolidación del campo de los estudios culturales latinoamericanos en el contexto estadounidense. Con Crisis y transfiguración, propone otra intervención significativa en el campo, esta vez en castellano en un texto publicado con una de las editoriales más prestigiosas del campo en América Latina. En la contratapa, se promete ambiciosamente un análisis del “desarrollo de los estudios culturales latinoamericanos desde sus orígenes en los 80 hasta el momento actual”. El subtítulo—un claro guiño a Ezequiel Martínez Estrada—ubica al libro dentro de la tradición ensayística latinoamericana en la que Trigo y sus colegas encuentran acertadamente el primer antecedente continental de los estudios culturales latinoamericanos. Después de presentar un “mapa cognitivo de los estudios culturales latinoamericanos” (título del prólogo), Trigo prolonga el eco de la lectura que hace Martínez Estrada del Martín Fierro al denominar “Ida” a su resumen crítico de los debates que dieron forma al campo de estudios culturales en los 1990 y “Vuelta” a la segunda de las dos secciones que constituyen la gran parte (211 de 285 páginas) del libro.

En “Ida,” Trigo lee el campo desde dicotomías que nos parecen ya poco significativas (como la de los latinoamericanistas de allá y los de acá). Hay una cierta nostalgia en el modo en que observa un campo que separado de estas diconotomías ha crecido y prosperado. Los estudios culturales, como bien ha señalado Néstor García Canclini, han abrevado en generaciones que “se mueven con soltura entre norte y sur, así como entre disciplinas. Esta doble movilidad—geocultural y disciplinaria—es uno de los alicientes mayores para imaginar que los Estudios Culturales no son idénticos a lo que se llamaba así en el siglo pasado” (“Estudios culturales: ¿un saber en estado de diccionario?” En torno a los estudios culturales. Ed. Nelly Richard. CLACSO/ARCIS, 2010, 130–31).

En “Vuelta,” el autor se enfoca en tres tendencias importantes del campo de los últimos años: 1) “Multiculturalismo, diversidad cultural y segmentación de mercados”, 2) “Los estudios transatlánticos y la geopolítica del neo-Hispanismo”, y 3) “La impertinencia postcolonial”. Concluye el libro con un ensayo titulado “Para una crítica de la economía político-libidinal” en el cual señala “la urgencia en elaborar una crítica de la economía política de la cultura … que articule comprensivamente una crítica de la economía política, una crítica de la hegemonía y una crítica de la economía libidinal” (293), identificando así lo que de acuerdo a su diagnóstico debe constituirse en una nueva dirección para el campo. [End Page 686]

Una contribución importante del libro para sus lectores hispanoparlantes es su resumen detallado de los debates sobre la introducción de los estudios culturales en América Latina y la formación de un campo informal pero identificable de estudios culturales “latinoamericanos”, debates que tomaron lugar principalmente en los 1990, periodo de “opulencia teórica” en el campo cuyo fin se puede marcar por lo que Trigo llama “la crisis que hace clímax” en 2001 (111). Su lectura crítica de este material es profunda e incisiva; de forma similar a las discusiones críticas que introducen los capítulos del Reader, representa la historia definitiva de este campo. El capítulo que le da el título al libro es particularmente útil por su mapeo lúcido de los debates de los años noventa en torno a cinco temas claves: “la hibridez cultural, los estudios subalternos, la desconstrucción, el posoccidentalismo y los estudios sobre el multiculturalismo y la globalización” (112).

La segunda mitad del libro es más problemática...

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