In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

  • De Luis Buñuel:El padre del cine cinegético español
  • Guy H. Wood (bio)

There is something haunting, pensive and, to most […] today, incomprehensible about [hunting].

-David Peterson

No cabe duda de que Luis Buñuel es considerado el director estelar de toda la historia del cine español, así como una figura universal del séptimo arte. Sin embargo, hay un aspecto fundamental de su vida y obra que, por cuestiones de incomprensión (si no de animadversión), ha pasado prácticamente desapercibido: la caza. En sus memorias, Mi último suspiro, Buñuel afirma: “Desde muy joven tuve gran afición a las armas” (32), y en el libro de Max Aub, Conversaciones con Luis Buñuel, el cineasta asevera: “He sido bastante buen cazador, siempre con remordimientos, pero bastante buen cazador” (100). Debe notarse también que cazadores y escenas de caza atraviesan su filmografía figurando en nueve de sus 32 películas.1 Interesa, pues, abundar en este desconocido lado cinegético de Buñuel, y en lo que sigue vamos a basarnos en sus experiencias venatorias, en las nociones de algunos estudiosos de la caza (Ortega, Delibes, Ardrey, Peterson y Shepard) y en el aprovechamiento de la caza en tres de sus películas más cinegéticas a fin de sintetizar el papel vital que desempeñó en su obra. Estos filmes son: su único documental, Las Hurdes/Tierra sin pan (1933), en el que Buñuel inició en serio su práctica de aprovechar sus conocimientos venatorios durante un rodaje; su cuarta película mexicana, [End Page 65] Susana (Demonio y carne) (1952), que trata de una fugitiva que arriba a una hacienda donde esta mujer “liberada” emplea sus encantos para “tumbar” al hacendado, a su hijo y al mayoral, lo que crea una trama de persecuciones mutuas en un ambiente de libertinaje tan cinegético como sadiano; y finalmente, una co-producción mexicanoestadounidense y primer filme buñueliano en color, Las aventuras de Robinson Crusoe (1952), en el que el director utiliza la figura del cazador para enjuiciar el destino de la humanidad, amén de seguir cobrando más prestigio internacional.

Aún más, Buñuel resulta ser el precursor de un grupo de realizadores españoles que ha conocido la fama (o ha afianzado su éxito) dirigiendo películas que giran en torno a la caza: Carlos Saura (La caza, 1965), José Luis Borau (Furtivos, 1975), Luis García Berlanga (La escopeta nacional, 1978), Mario Camus (Los santos inocentes, 1984) y Montxo Armendáriz (Tasio, 1984).2 Asimismo, cabe agregar a esta lista a Enrique Brasó, director de la serie televisiva El mundo de Juan Lobón (1989), adaptación de la novela de Luis Berenguer del mismo título e inspirada en la vida de José Ruiz Morales, un cazador furtivo de Alcalá de los Gazules (Cádiz).3 Como se sugerirá a continuación, Buñuel ha de verse como el padre de un género fílmico clave en la historia del cine español: el cinegético.

Buñuel nació en Calanda (Teruel) en 1900, fruto primogénito del matrimonio entre Leonardo Buñuel, un indiano de 42 años recién vuelto de La Habana, y María Portolés, una calandina de diecisiete abriles. El niño crecería, pues, en el seno de una familia terrateniente y burguesa, tal y como se aprecia en una foto de Buñuel a los siete años y rodeado de amigos y familiares. Esta imagen, junto con las otras se mencionarán a continuación, se encuentran en el Luis Buñuel Institute.4 Pero al igual que en otros pueblos españoles de entonces (y de hoy), en Calanda la caza era una tradición-diversión tan típica como centenaria, una en que el futuro cineasta participaría plenamente. Incluso constató su temprano afán cinegético en un escrito que pergeñó a los trece años titulado “Diario de la estancia de Luis Buñuel en Calanda el día 29 de diciembre de 1913,” y que reza:

Por la mañana, al vestirme, me puse las polainas...

pdf

Share