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Reviewed by:
  • Góngora o la invención de una lengua by Mercedes Blanco
  • Victoriano Roncero López
Keywords

Victoriano Roncero López, Mercedes Blanco, Góngora, Quevedo, Conceptismo, Agudeza, Lengua, Poesía, Sublime, Humor, Soledades, Paradigmas, Sátira, Toro, Obelisco

Blanco Mercedes. Góngora o la invención de una lengua. León, España: U de León, 2012. 518 pp.

La celebración del tercer centenario de la muerte de Luis de Góngora en 1927 supuso el punto de partida de la recuperación de la obra de uno de los poetas más geniales de la literatura en español. A partir de ese momento y hasta el presente, los trabajos de Dámaso Alonso, Robert Jammes, Antonio Carreira, José María Micó y Mercedes Blanco, entre otros, han contribuido a colocar a este autor en el lugar que le corresponde en el Parnaso poético español. Los gongoristas han tenido que luchar contra el tópico de la oscuridad que acompaña al poeta desde el siglo XVII y que alejó a los estudiosos y a los lectores de su extraordinaria producción. Otro tópico relacionado con este, y en cierto modo su consecuencia, es el de la división entre conceptismo y culteranismo o, para personalizarlo, entre el estilo de Góngora y el de Francisco de Quevedo. Afortunadamente, la labor de los gongoristas citados [End Page 254] y de otros muchos estudiosos de nuestra literatura áurea, como Fernando Lázaro Carreter, ha desterrado estas dos falacias de la historia de la literatura española.

El libro de Mercedes Blanco sobre la lengua poética de Góngora se centra sobre todo en el estudio de la estética del conceptismo y en cómo fue utilizada por el poeta cordobés. La adscripción de don Luis al conceptismo, como recalca la autora, fue ya demostrada por Baltasar Gracián, quien en su Agudeza y arte de ingenio, texto fundamental del conceptismo español, lo cita en más de sesenta ocasiones, convirtiéndolo en “el compendio de la poética del concepto” (85).

En la introducción se abordan las distintas concepciones críticas del Barroco, para terminar concluyendo que Góngora “es en España el autor barroco por excelencia” (16). La autora presenta en esta sección los dos conceptos fundamentales desde los que va a estudiar la lengua gongorina: lo sublime y la agudeza. Analiza el primero de ellos desde el texto básico de la época clásica: De sublimitate de Longino, texto que Góngora pudo leer en la traducción castellana de Pedro de Valencia fechada en 1613. La combinación de estos dos conceptos y su presencia en la poesía gongorina aparecen como el propósito del libro, ya que “la estética de Góngora y su quehacer poético se hacen mas comprensibles y más interesantes si las situamos entre los polos del arte de la agudeza y el arte de lo sublime” (60). Estos dos polos no son exclusivos del poeta cordobés, sino que también aparecen en otros muchos autores, como Quevedo o incluso Lope de Vega, tal y como ha demostrado Ignacio Arellano en El ingenio de Lope de Vega (2012), libro en el que estudia las Rimas humanas y divinas de Tomé de Burguillos.

La primera parte del análisis de Blanco se ocupa del estudio del uso de la agudeza en la poesía de Góngora. La autora, por supuesto, parte de la famosa definición de Gracián que afirma que la agudeza es un “acto del entendimiento que exprime la correspondencia entre los objetos”. Blanco destaca el hecho de que el poeta cordobés dominaba todos los recursos del ingenio y no evitaba ni el prosaísmo ni la vulgaridad, aunque sı´ la obscenidad y lo escatológico. Un aspecto que me parece muy interesante en esta parte del estudio es la comparación entre el concepto de confusión en la obra de Góngora y la técnica de las manchas presente en la producción última de Tiziano. Pero la estudiosa no se detiene en la...

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