Abstract

En El mal consentido: La complicidad del espectador indiferente, Aurelio Arteta explora la postura de buena parte de la sociedad vasca respecto a la violencia terrorista y otras muchas violencias cotidianas—o “males”—que se contemplan desde una actitud consentidora. Este ensayo explora la forma en que la literatura, desde la representación y la ficción, puede revelar y señalar los males consentidos que analiza Arteta y así no solo despertar al ciudadano de su apatía e indiferencia sino también provocar nuevas maneras de imaginarse como ciudadano activo, algo necesario para que el presente proceso de paz en Euskadi sea exitoso. Para esta exploración se mencionan brevemente varios cuentos de Fernando Aramburu de su colección Los peces de la amargura y se trabajan en más detalle varios cuentos del autor Jokin Muñoz, de su colección Bizia Lo, traducida al castellano como Letargo. Estos textos exploran el silencio en torno a la violencia, la normalización de ésta en la vida cotidiana, y la indiferencia como modo de estar en el mundo.

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