Abstract

Aunque el mexicano José Juan Tablada (1871–1945) es conocido principalmente por su poesía modernista y su haiku en español, también produjo en su época vanguardista una colección, breve pero significativa, de poemas visuales. En 1919, en un intento de defender la originalidad de su poesía ideográfica frente a las comparaciones con los caligramas de Guillaume Apollinaire, Tablada señaló unos singulares “estudios chinos” como elemento decisivo para su propia inspiración. Sin embargo, no especificó en qué consistían tales estudios, si se basaban en la experiencia personal, en la lectura directa de textos chinos, o en las descripciones e interpretaciones hechas por otros orientalistas. Durante mucho tiempo la crítica ha especulado sobre la alusión, pero hasta ahora no se ha encontrado ninguna fuente que coincida con los detalles, escasos pero concretos, que Tablada puntualiza acerca del contenido de sus estudios sínicos. Mis propias investigaciones me han llevado a determinar que, en realidad, la inspiración china de Tablada en este caso se deriva de su lectura de un libro de Paul-Louis Couchoud. De ser así, se plantea una reexaminación de la figura de Tablada como orientalista, como también una revaluación de la relación entre su haiku y su poesía ideográfica.

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