Libro de familia by Félix Grande (review)

Los recuerdos en Libro de familia, el último libro de Félix Grande, son como las mariposas que aparecen en sus cubiertas: estáticas pero libres de darnos más información en cuanto se las roce en la tela de araña en la que han quedado colgadas para convertirse en “insectos exuberantes”. Este libro, de alto tono confesional, queda vertebrado en los doce cantos de desigual extensión que lo componen, en prosa y poesía, por el amor por la familia, por la palabra y la poesía, y también por la música, más precisamente el flamenco y la música de Juan Sebastián Bach.

Félix Grande (Mérida, 1937), poeta y estudioso apasionado del flamenco, que ha estado casi treinta años sin publicar poesía, no necesitaba escribir este libro para demostrar nada, dado que ya había ganado el Premio Adonáis de Poesía en 1963, el Premio Nacional de Poesía en 1978, y el Premio Nacional de las Letras Españolas en 2004. Sin embargo, en Libro de familia, regresa a la poesía para dar las gracias a su familia, que no es solo su familia de sangre, sino también el flamenco; la música de Bach; los poetas Antonio Machado, César Vallejo y Rubén Darío; así como Pablo Iglesias. Estos serán pues los protagonistas de su libro junto con su mujer y su hija, también poetas, y sus padres.

La estructura ante la que nos encontramos es circular, empezando por el primer canto con la voz del padre/hijo, un personaje que se desdobla—“Atiende, hijopaterno de mí”—para dirigirse al lector. Obviamente, tras el padre, se dirige a su madre, con quien consigue resolver diferencias que han surgido en el pasado. A medida que continuamos leyendo, notamos que los cantos se hacen más y más amplios, culminando con el octavo, “Ante tu trono me presento”, que queda reservado a la música de Bach, para así terminar con el decimoprimero, “Hijopaterno de mí”. Vuelve a tomar, en este penúltimo canto, la misma voz que en el primero, usando neologismos, tales como “Compasióname” y “Misericórdiame”, para demostrar cuán cerca están el padre del hijo y conmovernos de manera profunda. El último canto, “La letra pequeña”, queda reservado para dar explicaciones sobre los cantos anteriores, ya sea facilitándonos una definición de lo que es la “delfinoterapia”, hasta la razón por la cual se ha despreciado al flamenco desde el siglo XIX. Como bien dice el título, es un libro de familia, y Grande le pone punto final con los nombres de sus dos cuñadas, al dedicarles el poema que ha escrito para su padre, el pintor Lorenzo Aguirre, “El desterrado del Espasa”.

Además de la entrañable lectura de unos poemas de corte machadiano, es un placer aprender sobre otros detalles, tales como el de los delfines que supuestamente estuvieron presentes cuando los padres de Machado se conocieron. Asimismo, es conmovedor hacernos recordar la muerte del pintor Lorenzo Aguirre, y poner en tela de juicio lo que se ganó cuando lo mataron. O, el enterarnos de que la mujer de Bach falleció como una Almosenfraü, o mujer que vive de la caridad, o quizás el hecho de que Andrés Segovia autorizase y animase a menospreciar la música flamenca.

Por numerosas razones, este es un libro extraordinario, ya no solo por el contenido. Es, en efecto, un libro que no solamente deleitará a todo lector de poesía inteligente que se interese por la obra de Félix Grande, sino también a cualquier persona que sepa admirar la confección de un libro bien hecho, con páginas gruesas, en papel de gran calidad. Como otro toque elegante, comprobamos que, justo antes del índice, queda insertado un simple dibujo del autor, de perfil, de Juan Vida, el encargado...