Abstract

Este artículo estudia la relación entre magia y robo en Carlos Maynes y Enrique Fi de Oliva, dos novelas de la Edad Media castellana que se publicaron en el reinado de Isabel I. La conexión entre magia y robo es muy antigua; recuérdese el caso de Alí Babá y los cuarenta ladrones. Esta conexión puede verse como la materialización de una metáfora. Los ladrones que obtienen posesiones mediante encantamientos, representan la idea de que robar es adquirir bienes como por arte de magia. En estas narraciones, los ladrones no son siempre malos. Al contrario, hay muchos ladrones buenos, como es el caso de Robin Hood o de los propios caballeros andantes. Tomando las obras de Geraldine Heng y Jared Diamond como fuentes de inspiración, este artículo sugiere que el "imperio de magia" propuesto en Carlos Maynes y Enrique Fi de Oliva refleja los ideales de la Reina Católica, ya que es una representación folclórica de una "cleptocracia benigna" en la que ocupan un papel muy importante las mujeres, principales víctimas de la "cleptocracia maligna" imperante al comienzo de la obra, así como principales agentes de cambio a un modelo político más equilibrado y seguro.

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