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  • Nuevos feminismos: sentidos comunes en la dispersión. Una historia de trayectorias y rupturas en el Estado español
  • Ana Sánchez Llorca
Gil, Silvia L. Nuevos feminismos: sentidos comunes en la dispersión. Una historia de trayectorias y rupturas en el Estado español. Madrid: Traficantes de Sueños, 2011. 349 pp.

En los primeros días de la acampada que tuvo lugar entre mayo y junio de 2011 en la Puerta del Sol de Madrid, algunas personas presentes nos quedábamos a veces en los márgenes de la plaza, mirando lo que sucedía. Estaba pasando, y seguiría pasando independientemente de donde te colocases, del tiempo que estuvieses, esa era la sensación. Era algo diferente que merecía la pena ser mirado, tratado y vivido de forma distinta.

En ese cruzarse y mirar colectivamente emocionadas, comentar y hacer análisis rápidos, algunas personas (feministas) percibíamos en el arranque de este movimiento, entre otras cosas, mucho feminismo; por ejemplo, en la forma de estar en la calle, en el deseo y el empeño de estar juntas sin ser iguales, en la atención al cuidado y el bienestar como base de la acción colectiva. No sentíamos, sin embargo, la necesidad de nombrarlo como tal.

Pero al igual que el resto de cuestiones inaplazables, el feminismo se enunció en las primeras horas de la movilización, y entonces se hizo patente la incomprensión generalizada y la necesidad de trabajar sobre ella, tarea que sabia y pedagógicamente se abordó desde la comisión que se constituyó para ello.

La realidad, tanto la del movimiento que se conforma a partir de aquel acontecimiento como el contexto político en el que se inscribe, ha cambiado en estos meses, y la complejidad de su devenir plantea nuevos retos y tensiones.

No abro estas líneas para hablar de feminismo ni de feministas en el 15-M, sino precisamente para superar la primera barrera de aproximación a un texto que nos da muchas más claves sobre cosas que nos pasan de lo que la palabra "feminismo" sigue connotando para muchos actualmente. Requeriría otra reflexión (profunda, difícil, interesante y necesaria) desentrañar por qué la palabra feminismo (o feminismos) genera tanto rechazo o, cuanto menos, distancia o desinterés, pero de lo que se trata aquí es de hablar de crisis, de crítica social y memoria colectiva, de construcción de nuevos comunes, de precariedad (como forma de vida normalizada bajo el tardocapitalismo), de identidades, de dispersión social . . . , y Nuevos feminismos habla de todo ello y de las preguntas que se abren en las nuevas formas de acción colectiva y desde el malestar social.

Empecé diciendo que algunas (incluida Silvia Gil) veíamos feminismo en la Plaza del Sol, lo veíamos en la atención que se ponía en el terreno micropolítico del proceso (el lenguaje inclusivo, la forma de tomar la palabra, el cuidado del ambiente, la participación paritaria . . .) y en la disolución de identidades de lucha, de sujeto unitario, de incorporación de la diferencia.

Las formas de hacer política y la sociedad en su conjunto han cambiado en las [End Page 686] últimas décadas (lo que no significa que hayan desaparecido formas anteriores), fruto de múltiples transformaciones sociales, muchas de ellas influenciadas por largas trayectorias políticas y algunos acontecimientos históricos; parte de esas transformaciones son fruto de la influencia feminista en la política y la sociedad, influencia no reconocida pero incuestionable y palpable. El ejercicio de trazar una genealogía del movimiento feminista de las últimas décadas conlleva explorar las posibilidades de reconstruir nuevos comunes, cuestión fundamental para entender, interpretar y repensar nuestro tiempo y las categorías con que lo abordamos.

El 15-M nace de la intuición de "un algo común" que da sentido al estar juntas, intuición a la que hay que atender y nombrar para que no desaparezca en la tensión entre las diferencias y las desigualdades, la identidad y el reconocimiento de ese común.

La plaza nos permitió crear...

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