Abstract

¿Desde dónde escribir cuando nuestro mundo está herido y nuestra literatura enferma? Es la pregunta que se plantea una narradora que valora que la reciente narrativa española diagnostica pero no sana. La realidad se había vuelto una con el capitalismo, dijeron, y las siguientes verdades para refundar ya no existen. La narradora se pregunta si a lo mejor no se trata de tener la verdad, sino de serlo. Este artículo explora lo otro que no existe: la verdad, sea esta derrotada, estéloca o a la fuga. La narradora presupone que la literatura tiene la capacidad precisa de imaginar un horizonte que nos posibilite. Para lograrlo, el desafío, que no sabemos imposible, se dirimirá en el terreno de lo material, en las formas de vida y de producir arte corriendo la línea del mar, dado que las múltiples declinaciones del capital parecieron conquistar nuestro horizonte entero.

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