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Reviewed by:
  • Conquistadora
  • Ada Ortúzar-Young
Santiago, Esmeralda . Conquistadora. Trad. Diego Jesús Vega. Doral, FL: Santillana, 2011. Pp. 508. ISBN 978-1-61605-305-5.

Hasta época reciente, la presencia femenina en la historia y la literatura había sido subestimada o silenciada. Esmeralda Santiago (Puerto Rico, 1948) forma parte de un distinguido grupo de autoras hispánicas contemporáneas que han dado voz a la mujer, reconociendo así el papel central de estas en la familia y en sus respectivas sociedades. Santiago adquirió fama en el género de memorias. Cuando era puertorriqueña (1994), Casi una mujer (1999) y El amante turco (2004) corresponden a momentos de la vida de la autora. El sueño de América (1997), aunque ficción, representa experiencias migratorias similares a las de Santiago y su familia. Conquistadora es ficción histórica, basada en una cuidadosa investigación sobre la empresa colonial española en Puerto Rico. Al igual que Isabel Allende (Chile, 1943) en Inés del alma mía (2006), Santiago escoge un tema de gran vigencia: el cruce transatlántico de exploradores y colonizadores que establecerá las bases de las actuales naciones hispanoamericanas. Son novelas de fundación pero, contrariamente a las anteriores escritas por hombres, presentan un contradiscurso femenino, y una relectura desde una perspectiva posmoderna de la economía y la política colonial. Al plantear el legado imperial español en Puerto Rico, Santiago propone un diálogo sobre el dilema de desarrollar una identidad nacional después de tres siglos de dominio colonial. Su sensibilidad es poscolonial al dar voz a aquellos anteriormente silenciados.

Conquistadora tiene lugar en el turbulento siglo XIX. En ella encontramos dos narrativas. Una, la histórica (la candente situación política en España y Puerto Rico), que sirve de trasfondo a la ficticia, la de la protagonista. En la madre patria, esfuerzos por derogar la Ley Sálica (que permitiría la sucesión al trono de una mujer) culminan en las Guerras Carlistas. En América, ante el ocaso del imperio español, tendencias liberales e independentistas debaten sus nuevos destinos, incluyendo la abolición de la esclavitud.

La novela es la biografía de Ana (Gloriosa Ana María de los Ángeles Larragoity Cubillas Nieves de Donostia), nacida en una familia de abolengo donde la mujer está destinada a permanecer en casa; sus padres habrían preferido un varón. Después de leer cartas y diarios de un antepasado que acompañara a Juan Ponce de León en la conquista de Puerto Rico, Ana siente la llamada ancestral y anhela continuar sus aventuras en tierras de ultramar, terreno vedado a la mujer. A América solo podría ir como esposa. Contrae matrimonio con Ramón, joven heredero de una hacienda azucarera en la isla. Ana, Ramón e Inocente, el hermano gemelo de este, desembarcan en una remota y prístina playa con el fin de convertir una hacienda en ruinas en un negocio lucrativo.

La "personita" que es Ana (doblemente insignificante, por ser mujer, y por su estatura diminuta y apariencia frágil) sorprende a los que la ven en su nuevo ambiente. Quiere igualdad con el hombre. Diestra en la administración de esclavos y de asuntos económicos de la plantación, eclipsa a los indecisos e ineptos gemelos. Disfruta tener poder incuestionable sobre otras personas. Hace un compromiso incondicional con la tierra para civilizarla y hacerla productiva, y no escatima esfuerzo o sacrificio alguno. Su historia está estrechamente ligada a la plantación azucarera, tanto al nivel humano como económico. La trata de esclavos provee los brazos humanos, esenciales para que la hacienda sea viable, pero a un costo humano y ético. La casa de purgas, los azotes de látigos a aquellos que se sublevan, los incendios de cañaverales por parte de los esclavos rebeldes, aluden a la amenaza constante en que viven los amos blancos. Como el mayordomo Severo, Ana es temida, pero también tiene momentos de benevolencia hacia "su gente".

La convivencia prolongada entre españoles y africanos tendrá un impacto permanente en la cultura de Puerto Rico. Ana se...

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