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  • Libro de los buenos proverbios: Estudio y edición crítica de las versiones castellana y árabe
  • Óscar Perea Rodríguez
Christy Bandak, ed. Libro de los buenos proverbios: Estudio y edición crítica de las versiones castellana y árabe. Zaragoza: Instituto de Estudios Islámicos y del Oriente Próximo, 2007. 381 pp. ISBN: 978-84-95736-06-2

En 1879, el venerable Hermann Knust realizó la primera edición del Libro de los buenos proverbios dentro de su no menos digna de veneración monografía Mittheilungen aus dem Eskurial, la cual proporcionó a los hispanistas durante casi un siglo prácticamente los únicos textos manejables de varias obras hispanomedievales de tradición oriental. Casi diez décadas más tarde, en 1971, Harlan Sturm acometió una nueva edición del Libro de los buenos proverbios que, en la actualidad, apenas puede ser considerada como una especie de puesta al día del antiguo texto editado por Knust, sin mayor rigor filológico. Sirva todo este preámbulo para certificar que la edición de Christy Bandak aquí reseñada supera con creces, tanto en rigor académico como erudición crítica, a aquellas dos mencionadas, de forma que nos hallamos ante un hito de gran importancia en el devenir filológico del Libro de los buenos proverbios.

Después de una breve introducción y la aclaración de siglas y bibliografía utilizada (6–12), da comienzo el estudio preliminar, en el que la editora se centra en describir el entorno cultural y vital de Ḥunayn ibn Isḥāq Al-‘Ibādī, el doctor, literato y traductor asirio al que se le atribuye la redacción original de la obra. La autora destaca aquí el vínculo que la cultura oriental hispánica de época abasí tuvo con la futura escuela de traductores toledana, puesto que ya antes “existían focos esporádicos de traducción que vertían obras arábigas y hebraicas y cuyos traductores parece que mantenían relaciones entre sí y aun con los primeros grupos de Toledo” (21). Tras un breve punto aclaratorio sobre la tradición de la literatura sapiencial en la que se enmarca el Libro de los buenos proverbios, Bandak pasa al estudio de las fuentes manuscritas de la obra (31–42), describiendo fundamentalmente los seis testimonios en árabe y los siete en castellano (todos ellos manuscritos), además de realizar una pequeña cala en la laberíntica tradición manuscrita e impresa de la versión hebrea, el Séfer musré ha-filosófim. La descripción de todas las fuentes se transmite con efectividad, sobre todo teniendo en cuenta lo difícil que es para cualquier investigador acceder a todos los testimonios cuando, valga el ejemplo, se hallan en bibliotecas de tan lejano y a priori complicado acceso como la de Teherán. Sin embargo, por lo que respecta a los más accesibles manuscritos castellanos (dejando a un lado el salmantino, todos los demás están en Madrid, tres escurialenses, [End Page 359] dos en la Biblioteca Nacional y uno de la de la Real Academia), es de lamentar que la editora no haya cotejado los datos de su propia inspección personal con los contenidos en la Bibliografía Española de Textos Antiguos (BETA), muchos de ellos presentes incluso en las primeras ediciones de BOOST en 1977 y actualizados en la (pen)última versión en Internet de esta base de datos (<http://bancroft.berkeley.edu/philobiblon/beta_en.html>), que le habrían sido de mucha mayor ayuda para completar su estudio que algunas referencias citadas por ella, como el ya añejo estudio de Simón Díaz o el siempre útil (mas poco canónico para tales menesteres codicológicos) Diccionario filológico de la literatura medieval española.

Tras un breve excurso sobre la autoría, el título y los contenidos de las diferentes versiones de la obra de Ḥunayn ibn Isḥāq (42–53), útil para que el lector adquiera una base sólida sobre lo que va a leer, la editora analiza concienzudamente la tradición textual de las versiones en...

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