Lo épico y la cosmovisión en Lo crudo, lo cocido y lo podrido, de Marco Antonio de la Parra

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY LO ÉPICO Y LA COSMOVISIÓN EN LO CRUDO, LO COCIDOY LO PODRIDO, DE MARCO ANTONIO DE LA PARRA ÓSCAR LEPELEY MARCO Antonio de la Parra se dio a conocer como un dramaturgo importante en el teatro chileno con una obra que creó un pequeño escándalo en el ambiente restringido impuesto por la dictadura militar. Lo crudo, lo cocido y lo podrido tiene la especial distinción de haber sido la única obra de teatro censurada durante esa época. No por los militares, sino que por una autoridad de la Universidad Católica de Santiago, cuya compañía de teatro la había preparado con particular esmero. El día antes del estreno, el año 1978, el vicerrector Hernán Larraín prohibió su representación. Gustavo Meza, quien estaba a cargo de su dirección, logró finalmente representarla, pero con otra compañía, el teatro Imagen , en noviembre del mismo año. Me propongo aquí considerar dos aspectos de esta obra señera del teatro chileno durante la dictadura, que se relacionan con algunos rasgos del sistema brechtiano que se pueden detectar en ella, así como la cosmovisión que ella transmite. La obra se desarrolla dentro de la concepción de extrañamiento y distanciamiento , conocida también como el efecto V (Verfremdungseffekt, en alemán), típica del teatro épico. Como se sabe, Brecht se refiere a esta técnica de la siguiente forma: “The aim of this technique, known as alienation effect, was to make the spectator adopt an attitude of inquiry and criticism in his approach to the incident” (Brecht 136). Siempre hay conciencia en el espectador que está asistiendo a una representación, a una ficción artística. Lo que se muestra no es una imitación de la realidad sino que lo referencial se está proyectando bajo el efecto de extrañamiento necesario para obtener la distanciación. Por esto, la teatralidad se subraya YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY 171 con exageración. La acción escénica revela desde el comienzo mismo de la obra su origen lúdico, carnavalesco, evitando así todo atisbo de ilusión dramática hipnotizadora del espectador. Lúdicos y distanciados son, por ejemplo, la representación de los garzones dando consejo a los presidentes de la república, los juegos en los que asumen diversas identidades – los burgueses McIntire y Etcheverry –, la obsesión de Eliana por contar todo y registrar hasta las imágenes de los espejos en sus libros; el que los personajes estén confinados a vivir en ese restaurant decadente con prohibición de salir; los ritos paródicos de la secta secreta; la edad de los personajes; la flagelación de Efraín; el ratón-actor Adolfo y su ceremonia fúnebre; el ex senador borracho y su discurso, su matrimonio con Eliana y su entierro en las paredes del restaurant ; el suicidio de Elías. Estos juegos, ritos y situaciones absurdas le impiden al espectador tanto identificarse con los personajes como aceptar la ilusión dramática. El distanciamiento alcanzado pone al espectador en la actitud crítica frente a lo observado requerida por el teatro épico, impulsándolo a buscar el significado profundo de la obra. Otros elementos épicos son la tendencia de la obra a una estructura episódica; los personajes no son idealizados sino que tienden más bien a lo esperpéntico – Efraín y Evaristo están continuamente discutiendo y acusándose mutuamente. Se producen rupturas dramáticas como aquella producida por Evaristo cuando Efraín le confiesa a Elías que había pensado envenenarlo. En este punto se encuentra un episodio de teatro dentro del teatro. Es una práctica para atender a un cliente imaginario, que tiene su libreto propio y que obedece a una mecánica rígida: (A las órdenes de Elías, se desplazan los tres garzones como en un ballet, frente a la visita imaginaria.) ELÍAS: Efraín, saca la silla, ofrece asiento. Evaristo, extiende la carta. Yo entonces entro y pregunto... EFRAÍN: Pregunta . . . ¿Qué se le ofrece al señor? EVARISTO: Y agrega . . . ¿Algún aperitivo? ELÍAS: Efraín sirve las tostadas...