Abstract

The use of indigenous maps in central and southern Mexico is well-documented for the sixteenth century but scholars have consistently overlooked later cartographic activities. Although the number of maps made by native hands decreased in the early seventeenth century, a small output of maps at the end of the century and into the eighteenth suggests indigenous mapping practices continued to inform spatial routines in the Valley of Oaxaca. This article examines the case of Santa Cruz Xoxocotlán, a Mixtec town that litigated on different occasions for half a century over a livestock ranch defined by an assortment of trees and stone markers. During one of these phases, officials from the town introduced an old map that required a copy. Copies circulated primarily in the Valley of Oaxaca where competition over natural resources intensified after the 1680s revealing the way social actors engaged with, maintained and generated collective memories about the past to negotiate the natural environment.

Abstract

El uso de mapas indígenas en el centro y sur de México durante el siglo XVI goza de una rica tradición historiográfica que a su vez ha pasado por alto las actividades cartográficas posteriores a este período. Aunque la producción de mapas hechos por indígenas disminuyó a principios del siglo XVII, un número pequeño de mapas a finales de este siglo y a principios del XVIII sugiere que las actividades cartográficas de origen indígena continuaban informando prácticas espaciales en el valle de Oaxaca. En este artículo se analiza el caso de Santa Cruz Xoxocotlán, un pueblo mixteco que durante cincuenta años litigó los limites de una estancia de ganado menor definida por una serie de árboles y mojones de piedra. Durante la última fase del litigio, los oficiales de república introdujeron un mapa antiguo que requería una copia. Copias de mapas antiguos circularon principalmente en el valle donde se intensificó la competencia por recursos naturales después de 1680 arrojando luz sobre la forma en que los actores sociales se ocuparon, mantuvieron, y generaron memorias colectivas sobre el pasado para negociar el medio ambiente.

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