In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

  • Religión, nación y narración en Redentores (1925) de Manuel Zeno Gandía1
  • Aníbal González

En el otoño de 1925, Manuel Zeno Gandía publicó en las páginas del diario El Imparcial de San Juan de Puerto Rico la que sería su última novela. Con el título de Redentores, esta ambiciosa obra representa por medio de una serie de tramas entrelazadas y múltiples personajes los conflictos y confluencias que se dieron entre los puertorriqueños y sus nuevos amos coloniales norteamericanos en los años que siguieron a la invasión de 1898. Redentores no es sólo un extraordinario testimonio de primera mano de la confusión y las tensiones ocasionadas por este suceso en la sociedad puertorriqueña, sino además una sólida obra literaria que inaugura muchos de los temas claves de la narrativa puertorriqueña de los siglos xx y xxi, tales como la cuestión del estatuto político de Puerto Rico y su identidad nacional, la emigración de los puertorriqueños a los Estados Unidos, la adicción a las drogas, la modernización y el crecimiento de las ciudades en la isla y el papel de las mujeres en la nueva sociedad industrializada que habría de surgir más adelante.

Médico, poeta, periodista, dramaturgo e historiador, Zeno Gandía también fue el más importante novelista puertorriqueño de fines del siglo xix, y se le considera una figura fundadora de la literatura moderna de Puerto Rico. Inspirado por el naturalismo de Émile Zola, Zeno Gandía publicó cuatro novelas bajo el título general de Crónicas de un mundo enfermo: La charca (1894), Garduña (1896), El negocio (1922) y Redentores. La más célebre de todas y su indiscutible obra maestra es [End Page 67] La charca, donde se narran las vidas miserables de los campesinos que laboraban en las haciendas cafetaleras del Puerto Rico decimonónico.

La charca se escribió bajo la férrea vigilancia de la censura imperial española; no sucedió así con Redentores, obra en la cual Zeno Gandía procuró aprovechar a plenitud las garantías de libertad de expresión ofrecidas por la Constitución de los Estados Unidos. Fue justamente la franqueza con la cual Zeno Gandía discute en Redentores la cuestión de la independencia de Puerto Rico y los vicios y defectos de las clases políticas de la isla la que determinó que esta novela fuese suprimida por mucho tiempo. Todavía en 1955 Redentores no figuró en las mal llamadas Obras completas que se publicaron al celebrarse el centenario del natalicio del novelista, y no apareció en forma de libro sino hasta 1960. Incluso los críticos favorecedores de la independencia, que podían haberla leído con simpatía, vieron como un defecto el enfoque casi exclusivo de esta novela sobre la vida urbana y le reprocharon la presunta falta de una trama coherente y la sobreabundancia de comentario político (Cabrera 45). Hubo de ser otro gran escritor, el dramaturgo y narrador René Marqués, quien reconociera los méritos de Redentores y subrayara la relevancia de esta novela para el Puerto Rico actual (Marqués 42).

Sería un error, pues, leer Redentores como una novela puramente testimonial o “histórica” donde se relatan sucesos y se describen personalidades de la vida pública puertorriqueña durante los primeros veinte años del colonialismo estadounidense en la isla. Las referencias a fechas y acontecimientos a lo largo de Redentores son sumamente vagas, y al final la novela se desvía dramáticamente de la realidad histórica cuando uno de sus personajes principales, el político Áureo del Sol, es nombrado por el presidente de los Estados Unidos para ser el primer gobernador puertorriqueño de la isla, hecho que no habría de ocurrir sino hasta el año 1946.

Claramente, resulta más productivo leer Redentores como una ficción realista con ribetes simbolistas, en la cual los valores e ideologías encarnados en los personajes son más importantes que las verdaderas circunstancias históricas. La...

pdf

Share