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190 LATINAMERICAN THEATRE REVIEW permitido la difusión de la obra de un destacado representante de la dramaturgia argentina. María Silvina Persino Trinity College Hernández,Virginia. Teatro de Frontera 15. Dir. Enrique Mijares. Durango: Siglo XXI, UJED, EspacioVacío, 2005: 267 p. En la cuarta de forros de este volumen de Teatro de Frontera, consagrado a la obra dramática de Virginia Hernández, se señala que ella “es, sobre todo, una extraordinaria escritora y, si no la única, sí la mejor, la más sólida, la más profunda, la más audaz dramaturga del Norte mexicano,” lo cual parece demasiado prometedor. En esta entrega, el editor, Enrique Mijares, ha ordenado los textos de la siguiente manera: Paso de ballenas, Vudú, La pepena, Samborns Light, Los guardianes del tiempo, Border Santo, Expresso norte, Duodécimo, La ciudad de las moscas. Las mismas obras son ampliamente analizadas bajo el enfoque de teatro virtual en un iluminador prólogo preparado por Mijares. En la obra breve, Vudú, uno de sus primeros textos (1997) y producto de un taller con el dramaturgo Hugo Salcedo, de inmediato nos agrede su estilo agresivo, comenzando con el tema: el enfrentamiento de los sexos en una lucha cuerpo a cuerpo, en la que la protagonista se va apoderando más y más del terreno del espacio hogareño. El discurso es bastante injurioso, de una violencia verbal que conduce hasta un desenlace en suma chocarrero. Domina un humor ácido que posteriormente encontraremos en otras piezas, asimilado de los cuentos galantes medievales y de la Mandrágora de Maquiavelo. Ésta será una de sus constantes estilísticas: el ir soltando poco a poco en la mayoría de sus obras la cultura dramática, lo aprendido académicamente, pero integrado a un entramado propio, del tiempo y espacio actuales fronterizos. El texto La ciudad de las moscas (2005) puede ser un festín para el investigador interesado en la intertextualidad. Como señala Mijares, este texto, además de ser “polifónico y de múltiples perspectivas” (suponemos escénicas), hace gala en su estructura de exhibir varios índices, que van desde “Las suplicantes de Esquilo, a la testigo de sal de Sodoma, a Las moscas, Las manos sucias, Las muertas sin sepultura [sic] de Sartre, a El innombrable de Beckett,” para referirse metafóricamente a las muertas de Juárez. De allí que no sea raro que la protagonista se llame así, como esa ciudad en donde la ilegalidad, la corrupción, el contubernio, por no hablar ya de la violencia, han sentado sus reales. En Border Santo, vemos un procedimiento dramatúrgico que no ha sido visto con buenos ojos por algunos puristas, quienes no se han percatado de que éste no es algo fácil, ni gratuito, y que no implica en absoluto el plagio. En esta pieza, SPRING 2007 191 que si bien resulta un homenaje a Óscar Liera (El jinete de la Divina Providencia, Camino rojo a Sabaiba), nos encontramos con un proceso de desmantelamiento de los referentes y una nueva articulación de éstos, al ser del todo resemantizados en el proceso de su integración a la mitología contemporánea de un relato dramático de la frontera norte actual, a una distinta y nueva realidad de imaginario local. Es posible que también le sea cuestionado el pícaro y provocador título con el que ha bautizado su obra para niños, Los guardianes del tiempo, que no tiene nada en común, ni relación alguna con la conocida y popular novela, pues aquí se ha dramatizado un mito del imaginario patrimonial baja californiano a partir del poema Cuchumá Leyenda de Tecate de Víctor Manuel Peñasola Beltrán. En la obra de Hernández, los seres fantásticos, animales, al igual que los puntos geográficos de la región Mexicali-Tecate, se convierten en personajes virtuales de las leyendas indígenas regionales. En las demás obras aquí publicadas, nos encontramos por igual con la realidad como referente y muchos de los rasgos estilísticos mencionados, pero el apropiamiento de éstos y de la cotidianeidad nos habla, al...

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