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FALL2007 217 In memoriam: SaraAstica y Marcelo Gete, teatristas chilenos En la sesión de la Cámara de Diputados de Chile del jueves 12 de abril del 2007, la representante Ximena Vidal rindió un homenaje a la actriz Sara Astica, y que ella tituló “Adiós, Sara.” Estas fueron algunas de sus palabras: “La despedida de Sara de este mundo, el 23 de marzo de 2007, fue ‘quitada de bulla,’ como diríamos en buen chileno. Me da mucha pena, indignación e impotencia que ningún medio de comunicación haya hecho referencia a su muerte y, lo que es peor, a su vida, entregada al arte teatral en su país de origen, Chile. En los años sesenta y setenta, luego del golpe de Estado, en 1973, y en plena dictadura, realizó algunas actuaciones, antes de caer prisionera y de partir al exilio a Costa Rica. No recuerdo si en 1974 ó 1975 dejo el país. Era el tiempo en que había una profunda división en Chile y mucha persecución política, por lo que fuimos abandonados a nuestra suerte. Algunos huyeron para salvarse y otros fueron expulsados del país. Era la época en que reinaba el miedo, la desconfianza, el odio y el terror. Quienes nos quedamos, no podíamos contener la pena. Sara fue torturada, pero, como mujer, madre y actriz, logró recuperarse, y junto a sus cinco hijos y a su marido, Marcelo Gaete, también actor, llegó a Costa Rica, país que les entregó el espacio para hacer teatro y escuela.” Sara falleció en Santiago en marzo del 2007 a los 72 dos años de edad, su esposo, el actor Marcelo Gaete, el 10 de octubre del 2005. Gracias a una beca Fulbright investigué teatro en CentroAmérica y durante mi estada en San José, Costa Rica, noviembre – enero de 1989-90, asistí al Festival Internacional de Teatro por la Paz, San José. En los días finales de tal evento, se representó por el Grupo Surco que dirigía Marcelo Gaete, El loco y la triste de Juan Radrigán, en el Teatro Carpa. Los protagonistas fueron el matrimonio SaraAstica (Eva) y Marcelo Gaete (Huinca), exiliados en Costa Rica desde 1975. La escenografía fue de Julio Escámez. Juan Radrigán estaba presente. Para los estudiosos de Radrigán, no es novedad el lenguaje 218 LATINAMERICAN THEATRE REVIEW chilenísimo y poblacional que utiliza en sus obras. Marcelo y Sara no hicieron concesiones al público sanjosefino. Sólo agregaron al programa de mano un “Breve diccionario de términos y dichos chilenos que aparecen en la obra.” Y la pieza “llegó” a la audiencia, lenta pero segura. Atal extremo, que como me lo comunicó Marcelo en carta de febrero 26 de 1990, “La obra ha sido un éxito. Nos han dado además el Premio Nacional de Teatro 1989, a la mejor actriz, mejor actor y a la mejor dirección […] el público agota las localidades. No estábamos equivocados.” Con mi esposa Judy, fuimos invitados a su vieja casona del barrio Guadalupe un domingo 7 de enero de 1990, ocasión que aproveché para entrevistarlos en video sobre su trayectoria en Chile y en el extranjero. He aquí unos extractos de la entrevista publicada en Diógenes: Anuario Crítico del Teatro Latinoamericano (1991:157-68). Sara: Yo estudiaba castellano en el Pedagógico de la Universidad de Chile y allí conocí a gente que se dedicaba al teatro. Yo me ganaba la vida en una Compañía de Títeres. Fue mi primer acercamiento al teatro. Con amigos como Jaime Vadell, Aníbal Reyna (hijo), ingresé al ambiente teatral. Me incorporé a un grupo de aficionados que se reunía en el Café Sao Paulo, en Santiago. Allí conocí a Rafael Benavente y Marcelo Gaete. Yo trabajé con ellos y abandoné mis estudios universitarios. Esto ocurre en 1956. También hice radio con cuentos infantiles. Intenté estudiar teatro en la Universidad Católica, pero no tuve dinero para proseguir. Yo ya había debutado profesionalmente con Silvia Piñeiro en Nacida ayer a finales de 1957. Ya estaba casada con...

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