Abstract

A primera vista, el auto sacramental de Sor Juana Inés de la Cruz, El mártir del sacramento, San Hermenegildo, promueve el dogma político-religioso de los Habsburgo, utilizando como tema el martirio de un príncipe visigodo, convertido a la fe católica en la Iberia del siglo VI. No obstante, esta obra, mirada de cerca, exhibe la bien conocida ambigüedad de los escritos de la Décima Musa: bajo la interpretación tradicional se entrevé subyacente otra perspectiva que cuestiona la legitimidad del sistema social y religioso del Siglo de Oro. El tema se centra en una rebelión llevada a cabo por el príncipe católico, Hermenegildo, contra su padre arriano, el rey Leovigildo. El propósito declarado por el protagonista consiste en defender el catolicismo en Sevilla y la Provincia Bética, las cuales gobierna bajo la autoridad de su padre. Un elemento subversivo consiste en el hecho de que un personaje femenino—Ingunda, la esposa de Hermenegildo—provoca y anima el conflicto entre padre e hijo. Otra discrepancia se ve en la similitud del modo de pensar de los líderes arrianos de la obra y los líderes peninsulares del siglo XVII. Ambos usan la genealogía para exaltar la realeza contemporánea, atribuyen su expansión territorial a la fidelidad a su Iglesia y comparten un propósito preeminente: la sujeción de todos sus vasallos bajo una religión. Finalmente, a lo largo de la obra se cuestiona sutilmente la motivación del protagonista. Estudiado de cerca, en El mártir del sacramento, San Hermenegildo no hay héroes ni villanos, sino figuras ambiguas e inestables.

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