Espejos, nomadismo y resistencia

La premisa de que la escritura de mujeres puede ser leída como proyecto de resistencia puede considerarse un gesto inaugural de la crítica literaria feminista latinoamericana aunque también y, a la vez, una práctica de repetición que reformula el significado mismo de la subversión y que vuelve a ejercitar la memoria de los elocuentes olvidos y las múltiples estrategias con las que las mujeres escritoras respondían y siguen respondiendo a la marginalización. Estos tres acercamientos que voy a discutir en estas páginas proponen, de diferentes formas, acercarse a la escritura de mujeres como proceso de diseño de subjetividades transitorias y fluidas. Los tres textos críticos que nos ocupan proponen pensar en los dobleces de la voz (la de la autoridad masculinizante y la de la otredad femenina), las incansables bifurcaciones que señalan hacia sujetos nomádicos de la escritura, casi como una condición de existencia. Como en el modelo del performance butleriano respecto del género y de la repetición y la cita (nunca totalmente perfecta) de las normas que regulan las subjetividades permitidas, las propuestas de María Inés Lagos, Laura Beard y Dianne Marie Zandstra, de formas diferentes, dan cuenta de una doble voz. Este doblez toma la forma de una queja frente a las normas que condicionan diferentes aspectos mutantes de la identidad femenina en clave patriarcal pero además de una estrategia que hace de la escritura un espacio de reclamo de subjetividades siempre en jaque. En las formas de resistencia que estos acercamientos críticos nos proponen repensar para la escritura, las mujeres son tramadas a través de proyectos escriturarios que, al mismo tiempo, pueden ser leídos como proyectos de reconstrucción (intermitente tal vez) de subjetividades en tránsito. Desde la premisa de María Inés Lagos sobre la "hechura" y la "confección," para dar cuenta de las proyecciones que tejen las estrategias femeninas sobre su subjetividad social, pasando por la posibilidad, que discute Laura Beard, de narrarse autobiográficamente como acto de subversión frente a las normas que rigen esa subjetividad, hasta la corporalidad que marca una serie de contradicciones entre narrativas autoritarias y el doblez grotesco, en el caso de Dianne Zandstra, la resistencia ocupa un lugar central no tanto como objetivo de la escritura o como proyecto articulado frente a las diversas manifestaciones de la discursividad normativa sino como puesta en jaque de las normas y puesta a prueba de la subversión. La resistencia apunta a sus dos sentidos, a la subversión y a la obstinada supervivencia, donde la narración puede implicar poder de gestión y su suspensión, una promesa de continuidad.

En Hechura y Confección María Inés Lagos propone un viaje no sólo por la representación de la escritura como gestión de la subjetividad femenina en textos de escritoras de Puerto Rico, Cuba, Brasil, Colombia, Argentina y Chile sino además y, principalmente, de los posicionamientos femeninos frente a la construcción de la identidad y de lo que Lagos propone como la "hechura" de subjetividades siempre fluidas, nunca fijas. El énfasis en ese movimiento está en principio dado por el recorrido de textos publicados entre los setenta y los noventa en los que Lagos propone explorar lo femenino a través de las negociaciones con la tradición, las normas sociales, la trama del género sexual y además, las estrategias que se usan desde la escritura. Tanto la "hechura" como la "confección" nos remiten desde el título a la diferencia y la continuidad entre la construcción social y el hacer personal, o incluso entre el condicionamiento social y el...