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LAS POETISAS DE AL-ANDALUS Y EL CANON DE LA POESIA ÁRABE Teresa Garulo Universidad Complutense de Madrid La lírica femenina de al-Andalus, es decir, la lírica femenina árabe de la Península Ibérica, es posiblemente la más extensa de la Europa medieval. Sobre todo, es bastante elevado el número de poetisas mencionadas por las fuentes árabes. Alrededor de unas cincuenta mujeres parecen haber recibido una educación que las capacita para componer poesía, si bien sólo se han conservado poemas de algo más de treinta, exactamente de treinta y tres andalusíes y de una poetisa procedente de Siria, llamada Sara al-Halabiyya, que, a finales del siglo XIII, visita al-Andalus y las cortes del occidente musulmán, mantiene correspondencia con poetas de la región y se establece finalmente en Marruecos.Todas componen en árabe clásico, el único idioma que en principio tiene cabida en las obras destinadas a perpetuar la memoria de la cultura árabe. Al lado de estas poetisas cultas, en algunos casos ligadas a la corte, pero, principalmente vinculadas por lazos familiares a los círculos intelectuales de la sociedad, hay una poesía femenina popular, de tipo tradicional, relativamente abundante: la poesía de las jarchas. Aunque las más conocidas son las jarchas romances, por sus repercusiones en los estudios sobre lalírica española, son más numerosas las jarchas compuestas en árabe coloquial, incluidas, al igual que las romances, tanto en moaxajas árabes como hebreas. A pesar de los reparos que a veces han suscitado (Kelley 1990-1991) por el hecho de estar contenidas en poemas compuestos por hombres, que pudieron contrahacerlas o utilizarlas con fines distintos de los que quizá tuvieron cuando fueron creadas, no parece que los poetas masculinos hayan tenido duda de que, al menos en los casos en que lo advierten expresamente, representaban una voz femenina que ellos querían incluir como contrapunto a su propio discurso. La corónica 32.1 (Fall, 2003): 65-78 66Teresa GaruloLa corónica 32.1, 2003 Pero ni las moaxajas ni, mucho menos, las jarchas han reunido nunca los requisitos necesarios para entrar en el canon de la literatura árabe. El éxito de la moaxaja, que se proyecta a lo largo de los siglos considerados de decadencia de la cultura árabe (siglos XIII-XVIII), no logró superar los problemas derivados de su forma -estrófica, frente a la monorrimia de la casida- y de sus temas demasiado individualistas amorosos y báquicos- y poco comprometidos con la sociedad. Es improbable que las jarchas se hubiesen leído alguna vez como poemas independientes porque su brevedad lo hace casi imposible, y su función de base y fundamento de la moaxaja convierte a la jarcha en parte indivisible de ésta. Estos versos habrían tropezado con el anatema impuesto a las composiciones en un registro lingüístico distinto del árabe literal: la poesía en los distintos dialectos árabes no ha interesado a los críticos y estudiosos hasta muy avanzado el siglo XX. En el caso de la poesía femenina en árabe clásico, podría pensarse que el hecho de que sus autoras hayan sido incluidas en los grandes diccionarios biográficos medievales les concedía un lugar en el canon de la literatura árabe. Los poemas que se les atribuyen muestran, sin embargo, que eso no ha sido así, y que la marginación social en la que viven las mujeres, como en otras sociedades premodernas, tiene como correlato su marginación de la creación literaria, tanto de los géneros literarios como de las formas de publicación o difusión de sus obras y de su conservación o transmisión. El caso de las poetisas de al-Andalus no puede desvincularse del de las demás poetisas árabes medievales, porque sufren los mismos condicionamientos sociales y culturales. Sin embargo, como se trata de un grupo bastante homogéneo, que vive dentro de unos límites muy precisos, tanto temporales (siglos IX-XIV) como, sobre todo, geográficos (la Península Ibérica), el estudio de estas autoras ha atraído a los...

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