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LA NOVELA SENTIMENTAL, UN GÉNERO POSIBLE Lillian von der Walde Moheno Universidad Autónoma Metropolitana - Iztapalapa Cuando el interés se centra en la literatura de la Edad Media, una verdad de Perogrullo es afirmar la dificultad de la labor genológica. No en todas las oportunidades nos encontramos ante un conjunto de obras literarias que permita pensar en la posibilidad real de agruparlas bajo el concepto de género. Pero cuando esto es así, quizá el mayor problema radique en la formulación de un modelo lógico que dé cuenta efectiva del fenómeno que se observa. Pues bien, a mi modo de ver, en su ya larga trayectoria Regula Rohland de Langbehn ha demostrado la existencia de un género literario medieval, el llamado "novela sentimental ", pues a partir de los textos mismos y con apoyo teórico lúcidamente aplicado, ha podido abstraer un modelo que en verdad abarca y explica un conjunto delimitado de obras. El problema con algunos otros acercamientos genológicos es que, en virtud de que se carece de un conjunto lógico de postulados demostrables que puedan explicar un conjunto, llegan a conclusiones tendientes a difuminar lo que pretendían explicar: que hay algo que nos lleva a asociar determinadas obras. No es en balde, así, la aseveración de las fronteras borrosas del género, pues no se parte de que es plausible delimitarlas sincrónica y diacrònicamente; no es gratuito, si no hay el trabajo de la formulación, que se prefiera una categoría muy amplia (y a veces también muy ambigua) en la que se pueda incorporar el mayor número de obras, aunque en realidad nos parezcan bastante diferentes; no es extraño, en síntesis, que por no haber podido exponer bajo una perspectiva sustentable un género, se prefiera negar su existencia y defender el estudio de las instancias particulares - por más que sospechemos que muchas de ellas parten de principios similares. Ia cor(')nica 31.2 (Spring, 2003): 316-19 The Genre of the "Sentimental Romance": Responses317 Algunos trabajos académicos que, para el caso de la novela sentimental , derivan en la indeterminación genérica, presentan una característica fundamental: su objetivo inicial no es el planteamiento de una abstracción sobre el género mediante el empleo de premisas metodológicas y la demostración con base en lo observado en los distintos miembros de la serie (por más amplia y extraña que ésta se considere); si tal fuera el propósito, dicho sea de paso, hay incluso modernas teorías de disciplinas varias que colaborarían (de sostenerse) a este esfuerzo.1 Más bien, parten de la localización, en uno o varios textos, de ciertos recursos y hasta algunos temas que a su vez se encuentran en las obras consideradas prototípicas de la novela sentimental , y bajo la óptica de las a veces pequeñas coincidencias y no de las que pueden ser marcadas diferencias, realizan deducciones que inciden en la conceptuación de la novela sentimental en cuanto género literario: o es uno que abarca un mundo y, por ende, es casi indefinible, o sencillamente no existe. Lo que digo es que, quizá con un afán innovador, se elige un camino que contiene más problemas que soluciones. A mi juicio, en muchas ocasiones resulta bastante más acertado y ciertamente menos riesgoso explicar la presencia de aspectos afines bajo consideraciones que no fuerzan a la redefinición o a la negación de un género. El análisis intertextual, por ejemplo, bien puede conducir al solo descubrimiento de fuentes o a la determinación de influjos, o incluso a la sencilla corroboración de la existencia de técnicas estilísticas comunes o gustos literarios compartidos o preocupaciones de época. Pero en ciertas oportunidades ha sucedido algo diferente: al observar que una obra da tratamiento al tema amoroso -que, como se sabe, es gusto en boga en el periodo que interesa-, y que a la vez emplea recursos que no dejan de ser frecuentes en la literatura medieval, como las epístolas y los debates, se...

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