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EL CID PAGO A LOSJUDÍOS Alfonso Boix Jovani Castellón de la Plana (España) Para D. Manuel García Comas, en pago a una deuda de gratitud. La posible devolución de los seiscientos marcos que los judíos Rachel yVidas prestaron al Cid en el momento de su partida al destierro ha sido uno de los puntos más oscuros del Cantar de Mio Cid (CMC en adelante), no sólo en cuanto a que tal devolución no figura en el poema castellano, sino por todo lo que implica en cuanto a la dudosa moralidad de que tal devolución no tuviese lugar.1 Los críticos han ofrecido opiniones diversas hasta llegar, en algunos casos, a la curiosa situación de aquellos que, creyendo que el Cid no había devuelto los marcos, trataban dejustificarlo, como sucede conJoaquín Casalduero (41-43), Leo Spitzer (109) o Joseph J. Duggan (31). El engaño y la burla a los judíos ha hecho que buena parte de la crítica viese en todo ello la presencia de antisemitismo. No insistiré en ello, pues se trata de un tema harto conocido, y remito al lector a la numerosa bibliografía existente al respecto.2 El presente estudio forma parte de las actividades desarrolladas en el marco del Proyecto del Plan Nacional de I + D + I con código HUM2005-05783/FILO: "Génesis y Evolución de la Materia Cidiana en la Edad Media y el Siglo de Oro", financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia y cofinanciado con FEDER. 1 Las crónicas, tantas veces útiles pararecomponerversos de poemas o pasajes perdidos, tampoco aclarannada al ofrecer versiones divergentes de lo acontecido conlos prestamistas: "theJews are not paidback in the course ofthe Per Abbat text, although they declare their willingness to settle for the principal. The Crónica de veinte reyes version omits the scene in which Rachel andVidas beg Alvar Fáñez to see to it that the Cid pays them. In the Estoria de España they are paid, but only the 600 marks ofthe original loan [...]: no mention is made at that point ofthe interest which had been agreed upon earlier in the Estoria de España version. All three texts do devote considerable attention to the loan, which shows that the traditionwas in substantial accord on this element" (JosephJ. Duggan 1989: 18). 2 Paraunavisión general sobre las diversas opiniones en torno a la escena del engaño, recomiendo los trabajos redactados por Edmund De Chasca (128-29 [1972: 129-31]), La corónica 35.1 (Fall, 2006): 67-81 68Alfonso Boix JovaníLa coránica 35.1, 2006 Advierte Nicasio Salvador Miguel que "No es raro [...] que el autor del Cantar, independientemente incluso de sus propias ideas, se haga eco de ese antisemitismo [...], todavía fundamentalmente socioecon ómico, en función de su audiencia, cotidianamente lacerada por la usurajudía" (Salvador 1977: 213). Muy cierto, pero no es conveniente otorgar más relevancia a ese antisemitismo del que realmente tiene. Al inicio del destierro, y habida cuenta de la tan desesperante situación en que se hallaba, Rodrigo tenía cosas muy importantes en las que pensar -su supervivencia, la de sus propios hombres y el sustento de su familia en Cárdena-, por lo que la burla antisemita estaría absolutamente fuera de lugar, pues sería contradictoria con el patetismo del sufrimiento del Cid, una angustia surgida de la desesperación ante el destierro y la ignorancia de lo que sucedería en tal estado, el profundo dolor de dejar su hogar, reflejado en aquellas lágrimas del verso primero. El humor en la escena de las arcas es un medio de suavizar tanto la tensión de la terrible situación que vive el Cid como ese engaño, que no es sino consecuencia de la caída en desgracia del Campeador. Esta desdramatización es algo continuo en el inicio del destierro, desde el "-¡Albricia, Albar Fáñez, ca echados somos de tierra!-"3 (v. 14) a las palabras de Minaya de que "Dios que nos dio las almas, consejo nos dará".4 La caracterización...

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