In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

COLADA Y TIZÓN: ¿ESPADAS MÁGICAS? INCLUYENDO LOS ACEROS CIDIANOS EN UNA TRADICIÓN LITERARIA Alfonso Boix Jovaní Castellón de la Plana (España) A mis padres, hermana y cuñado por su cariño y paciencia. Resulta obvio a lo largo de la lectura del Cantar de Myo Çid que, junto a la galería de personajes cristianos y musulmanes, existe un segundo grupo de elementos que, aún sin ser humanos, no por ello juegan un papel menos importante que aquellos, hasta el punto de ser inevitable considerarlos casi tan "personajes" como Yuçuf, Alvar Fáñez, Jimena o el propio Rodrigo Díaz de Vivar. Me estoy refiriendo, cómo no, a figuras como el fiel Babieca o las valiosas Colada y Tizón, espadas del héroe castellano. Muchos estudios han sido dedicados al análisis de estos elementos, hecho que ha tenido entre sus consecuencias inmediatas la aparición de polémicas varias respecto a puntos oscuros del cantar. Uno de estos conflictos se centró en la posibilidad de que Colada y Tizón fuesen aceros mágicos. De hecho, el lector recibe a través del cantar cierta información mediante la cual puede deducir que Colada y Tizón no son espadas "normales". El autor (o autores) del poema se ocupa de este aspecto en cuanto las armas aparecen en escena y, así, nos comenta que Colada está valorada en más de mil marcos de plata (v. 1010) y Tizón en otros tantos marcos, esta vez de oro (v. 2426), unos valores económicos que indican los ricos materiales que componen a las dos armas. Pero su precio sólo señala que son de gran calidad, no que sean mágicas. La corónica 29.2 (Spring, 2001): 201-12 202Alfonso BoixJovaníLa corónica 29.2, 2001 Pudiera existir un indicio de sobrenaturalidad en los dos aceros cuando, hacia el final del cantar, los Infantes y Gonzalo Ansúrez se ven obligados a enfrentarse en duelo con Pero Bermúdez, Martín Antolínez y Muño Gustioz para responder de su criminal acción en Corpes. Antes del combate, los dos hermanos se dirigen a Alfonso VI para rogarle un favor. Pese a su cobardía natural, los Infantes no piden el aplazamiento (o anulación) del choque; ni siquiera desean que sus peligrosos contrincantes sean reemplazados por otros más "asequibles". Lo único que les preocupa es que Colada y Tizón no tomen parte en el combate, como si de ellas dependiese la victoria. Esto puede indicar la creencia de los Infantes en unos poderes maravillosos de las espadas, pero tampoco es concluyente. Pese al terror que ambos hermanos muestran hacia las espadas en el combate (vv. 3643-44 y 3665), también podría verse en las dos armas un simbolismo cidiano, i.e., como si fuesen parte del Campeador, una extensión de su cuerpo o su espíritu y, por tanto, los hermanos no se enfrentarían a las espadas en sí sino, de algún modo, al propio Rodrigo.1 Tal vez, pues, sea necesario buscar rasgos mágicos en otros derroteros. Tras analizar este tema, creo estar en disposición de apoyar que la clave pueda estar en una característica común a ambos aceros: su capacidad de resplandecer extraordinariamente . Ya Covarrubias advirtió que el nombre de la Tizón pudiera referirse a su capacidad de ser un arma refulgente, opinión que también siguieron otros investigadores aposteriori, entre quienes destaca Ramón Menéndez Pidal.2 Es bien sabido que el nombre de ciertas espadas medievales indicaba, justamente, que eran aceros capaces de emitir un poderoso brillo,3 como es el caso de Lyusingus y Huytingus: Quibus peremptis, tam praeclari operis titulis non contentus, maioris edendi gratia avitos a matre gladios recepii, quorum 1 Colin Smith advierte: "Las espadas del Cid -como sus caballos y vestiduras- son extensión de su poder y personalidad" (en la Introduction a su edición del Cantar, 85). 2 Covarrubias (964) indica varios significados para la Tizón. Se refiere a ella como "una de las espadas del Cid, y...

pdf

Share