Abstract

Washington's hostile post–Cold War policy toward Cuba is often explained as a function of domestic politics—as an effort to curry favor among Cuban American voters and campaign contributors, most of whom live in Florida, which has the fourth-largest number of votes in the electoral college. Although it does not deny the significance of domestic politics, this article argues that the bedrock of U.S. policy is an ideology of benevolent domination. Created at the time of the Spanish-American War, President Theodore Roosevelt captured this ideology perfectly in 1907 when he explained, "I am seeking the very minimum of interference necessary to make them good," and it is seen today in the 2004 report of the Commission for Assistance to a Free Cuba.

Abstract

La política hostil de Washington hacia Cuba en la era post-Guerra Fría es usualmente explicada como una función de la política interna de los Estados Unidos, como una resultante de los esfuerzos para lograr el favor de los votantes cubano-americanos y sus contribuciones financieras a las campañas electorales. La mayoría de ellos viven en Florida, el cual constituye el cuarto estado más importante del colegio electoral. Sin negar la significación de la política doméstica, este artículo propone que la esencia de la política de Estados Unidos hacia Cuba radica en una ideología de dominación benevolente. Creada desde los tiempos de la Guerra Hispano-Americana, esta ideología fue perfectamente comprendida por el Presidente Theodore Roosevelt, quien en 1907 declaró: "Estoy tratando de interferir lo menos posible para hacerles el bien", y al parecer la misma lógica se aprecia en el informe del 2004 de la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre.

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