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Reviewed by:
  • Antígona: Una tragedia latinoamericana
  • Guillermo Schmidhuber de la Mora
Pianacci, Rómulo E. Antígona: Una tragedia latinoamericana. Irvine California: Ediciones de Gestos, Colección Historia del Teatro 12, 2008: 195 pp.

Al intentar definir las características identitarias del teatro que se comunica en español en América, poco se recurre al hecho de que este teatro ha tomado la estafeta del teatro europeo clásico. Por el contrario, lugar común parecería la mención [End Page 183] de la influencia de Brecht o Ionesco en el teatro hispanoamericano. Ninguna lengua europea pudiera competir hoy con el número de recreaciones de personajes clásicos en tierras que nunca fueron recorridas por Ulises ni por Eneas.

Rómulo E. Pianacci ha logrado enumerar la estirpe pródiga de Antígonas. Mundialmente conocida es la versión de Antígona de los siguientes autores: Cocteau, Espriu, Anouilh, Brecht y Bergamín, los dramaturgos de las cinco recreaciones modernas europeas. Mayor resulta el número de Antígonas calificadas de "Criollas" por este crítico: Ocho obras son argentinas, y sus autores son: Leopoldo Marechal, Alberto de Zavalía, Griselda Gambaro, David Cureses, Juan Carlos Gené, Jorge Huertas, Hebe Campanella y Yamila Grandi. Sólo una Antígona tiene Brasil (Jorge Andrade), una Chile (Daniela Cápona Pérez), una Colombia (Carlos Eduardo Satizábal) y una Cuba (Joel Saéz). Mientras que México tiene tres: de José Fuentes Mares, Ricardo Andrade Jardí y Olga Harmony. Contribuyen con una pieza por país, Nicaragua, Puerto Rico y República dominicana, con la dramaturgia de Rolando Steiner, Luis Rafael Sánchez y Franklin Domínguez, respectivamente. Y para cerrar, dos Antígonas ofrece Perú: Sarina Helgott y José Watanabe, y dos también Venezuela: César Rengifo y José Gabriel Núñez. En total, Antígona vive en veintidós nuevas piezas. Cuyos años de escritura van desde 1952 hasta 2007, un periodo de efervescencia ideológica y política.

Una pregunta obligada ¿qué ofrece la Antígona de Sófocles al dramaturgo latinoamericano para que abreve una y otra vez en su riqueza literaria? George Steiner — quien dedicó un libro al personaje tebano — afirmó que la razón de la permanencia de Antígona sobre los escenarios europeos era que este personaje dramatizaba el conflicto entre lo privado y lo público, entre las leyes divinas y las humanas, entre las cuestiones éticas de la conciencia privada y del bienestar público, conflictos que conducen a dos senderos: al legalismo coercitivo y al humanismo instintivo. Gran verdad. El conflicto tebano, en estos términos, no es diferente de los conflictos latinoamericanos.

Pianacci recuerda lo que Borges concluye en su célebre artículo "El escritor argentino y la tradición": la literatura latinoamericana puede y debe ser irreverente en el manejo de los textos europeos. Irreverencia que, como aclara el mismo Borges, ha tenido consecuencias afortunadas. Es concordante Pianacci cuando afirma: "De lo que se trata, en definitiva, es de disolver la jerarquía de valores canónicos, al mismo tiempo, de génesis o género, de romper la autonomía de sistemas de signos nacionales" (175). En las obras latinoamericanas, sean farsa como la de Rengifo, tragedia como la Steiner, o poética como la de Watanabe, "todas signadas por una fuerte connotación ideológica, política y social. Todas las obras abandonan — real o simbólicamente — el escenario de Tebas y la acción se sitúa en América" (176). Antígona es "representante de las mujeres del continente, reactualiza la función efectiva y simbólica, fundamental y emblemática de las mujeres en el entramado social y político de la cultura" (177). Mientras haya injusticia sobre un pueblo, habrá luchas por encontrar el camino de la justicia. Por ejemplo, en las obras de Gambaro, Steiner [End Page 184] y Huertas, el cadáver insepulto de Polinices es confundido con el de los ejecutados y desaparecidos de Argentina, Perú, Nicaragua o Puerto Rico.

Este libro presenta la innegable vitalidad del teatro latinoamericano, no únicamente porque sube a los escenarios los conflictos sociales y políticos que...

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