Abstract

A contracorriente del juicio que ha considerado la producción cinematográfica experimental de la Escuela de Barcelona (EdB) como apolítica e incluso irresponsable en el contexto de la España franquista, este ensayo propone que la obra de vanguardia de la EdB, y particularmente su película–manifiesto Dante no es únicamente severo (1967) de Jacinto Esteva y Joaquim Jordà, se emplazan en el registro de lo impolítico, en el sentido que le da a este concepto el filósofo Massimo Cacciari. El ensayo analiza el radical modo “impolítico” con que Dante, filmada en un momento álgido de engarce de la izquierda antifranquista con el marxismo, especula sobre el salvaje desarrollo urbanístico de la Barcelona de los sesenta, sobre el fin del capitalismo industrial y sobre la propia clase social de sus realizadores. Con Dante, los cineastas de la EdB nos ofrecieron la posibilidad de una mirada nueva, radical e impolítica, que evoca en su tarea de deconstrucción la mirada de los ojos del anfibio del cuento de Julio Cortázar “Axolotl”.

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