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FORUM NI FAMOSÍSIMA NI INFAME COMEDIA NUEVA: LA REFUTACIÓN DEL SESGO SUSANA HERNANDEZ ARAICO California State Polytechnic University, Pomona En un ensayo reciente, José Antonio Rodríguez Garrido, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, afirma que un artículo mío incluye "unas escasas referencias tomadas del Diario de Antonio de Robles, leídas a mi parecer [dice él], en varios casos de manera sesgada." El comentario primero me pareció un respaldo bastante gracioso para la objetividad de todas las demás lecturas de otros críticos con que Rodríguez Garrido avanza la tesis de su estudio, por otro lado, muy inteligente y finamente trazado : "Escritura femenina y representación del poder en Amor es más laberinto de Sor Juana Inés de la Cruz (loa y comedia)" en De palabras, imágenes y símbolos. Homenaje a José Pascual Buxó, ed. Enrique Bailón Aguirre y Óscar Rivera Rodas (México: UNAM, 2002) 615-34. Su comentario (617) se refiere a mi estudio de seis años atrás, "Festejos teatrales mitológicos de 1689 en la Nueva España y el Perú, de Sor Juana y Lorenzo de las Llamosas (una aproximación crítica)," en La cultura literaria en la América virreinal: Concurrencias y diferencias, ed. José Pascual Buxó (México: UNAM, 1996) 317-26. El comentario de mi amigo José Antonio no lo tomé muy en serio además porque pretende deshacer una afirmación mía que ya he trascendido desde esa primeriza "aproximación." De hecho, antes de tener ocasión de leer su estudio, le confirmé a José Antonio (durante el memorable congreso de homenaje a nuestro querido amigo 225 226BCom, Vol. 54, No. 1 (2002) Buxó) mi cambio de parecer, en amena conversación sobre su desacuerdo con aquel ensayo mío. Su observación impresa que leí después sobre mis lecturas sesgadas no hubiera por lo tanto ocasionado más que una leve sonrisa de mi parte si no hubiera sido porque, para terminar de preparar otro ensayo sobre Amor es más laberinto, me dirigí a revisar su nota 3 de la página 617, sobre el proceso de residencia en la Nueva España del conde de la Monclova (1689), con lo cual Rodríguez Garrido pretende comprobar lo oblicuo de mis lecturas del Diario de Robles. Y realmente agradezco que a mí especialmente Rodríguez Garrido haya adjudicado sesgo en la lectura porque me motivó a zigzaguear un poco entre el proceso virreinal de residencia del virrey en cuestión así como del otro en el Perú, el duque de la Palata, a quien Monclova sustituye en Lima a fines de 1689 y con quien nuestro huidizo Llamosas se embarca para España en 1691. Evidentemente por su documentación en la susodicha nota (e insistente discusión oral conmigo un par de ocasiones en público ), José Antonio conoce mucho mejor que yo el proceso de residencia virreinal. Por eso me sorprendió enormemente revisar el volumen que cita (617n3) para rebatir mis lecturas sesgadas de Robles: Los virreyes españoles en América durante el gobierno de la casa de Austria [. . .] México, tomo 5, ed. Lewis Hanke, BAE 227 (Madrid, 1978). No debo decir que me quedé atónita ante una extrañísima omisión en la referencia de Rodríguez Garrido a este volumen; mejor digo que me quedé maravillada ante su selectividad. De manera que, si José Antonio señala en mi lectura un sesgo, yo a él no puedo más que adjudicarle cierta . . . esquivez. Y ante tan elusivo galán, una dama se siente obligada a defender la honra (intelectual) y aclarar por eso la sesgadería que se le atribuye. Pues de sesgo a desliz poco faltaría para que a alguien en nuestra farándula se le ocurriera más adelante asegurar que, de hecho, vio a dicha dama tropezar en brazos de algún . . .¡comediógrafo!, como ese cortesano de Calderón que frecuenta con sospechosa propincuidad. Pero sesgos y posibles deslices o tropiezos de dama muy aparte (naturalmente bibliográficos), la esquivez del galán (también bibliográfica) da...

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