Abstract

No es ningún secreto que Quevedo con frecuencia leía e imitaba los escritos de muchos otros autores, incluidos, por supuesto, los de los hombres de letras que formaban parte, como él, de los círculos literarios madrileños del momento. De todas formas, una de las obras quevedianas en las que puede documentarse de forma más clara y reveladora esa costumbre de Francisco de Quevedo es, sin duda, la comedia de 1629 titulada Cómo ha de ser el privado. De hecho, en la práctica esta comedia puede describirse como un verdadero collage de elementos tomados prestados de un sinnúmero de obras literarias y no literarias de todo tipo. En este trabajo se hace un repaso de forma bastante exhaustiva de tales fuentes y, lo que es más importante, se sacan a luz una serie de importantes ejemplos que en gran medida son desconocidos por la crítica. (RI)

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