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Reviewed by:
  • Leer el Quijote en imágenes. Hacia una teoría de los modelos iconográficos
  • J. A. G. Ardila
José Manuel Lucía Megías , Leer el Quijote en imágenes. Hacia una teoría de los modelos iconográficos. Biblioteca Litterae, 11. Madrid: Calambur. 2006. 488 pp. ISBN 84-96049-99-X.

Desde hace decenios, la crítica se ha esmerado en estudiar, comprender y determinar los modos en que se asimiló el Quijote. Las propuestas han sido muchas y, hasta la fecha, engrosan la bibliografía en torno a la recepción del Quijote un número considerable de estudios. Aun cuando unos hayan corrido mejor fortuna que otros, en su conjunto estos trabajos han arraigado como una de las líneas de investigación más interesantes del cervantismo contemporáneo. En Leer el Quijote en imágenes, José Manuel Lucía lleva al lector de la mano por una extensa y rica pinacoteca, compuesta de casi 600 representaciones gráficas del Quijote. La empresa de Lucía rebosa originalidad por cuando este es el primer intento por analizar e interpretar, en su conjunto, las ilustraciones de los siglos XVI al XIX en Holanda, Francia, Inglaterra y España. Antes de la publicación de Leer el Quijote en imágenes hubo críticos que se ocuparon de un pintor o de un país. La meticulosidad interpretativa y el rigor científico de Lucía no sorprenderá a muchos: a este autor se deben las aportaciones más significativas a esta línea de investigación: su coordinación de La imagen del Quijote en el mundo (Madrid y Barcelona, 2004) y su monografía Los primeros ilustradores del Quijote (Madrid, 2005). Es, además, director del Banco de imágenes del Quijote, accesible en www.qbi2005.com.

Leer el Quijote en imágenes consta de nueve capítulos. El primero trata la representación del mito quijotesco; el segundo explica la teoría coetánea para el análisis que se acometerá; el tercero ofrece una aproximación teórica al estudio de los modelos iconográficos del Quijote; el cuarto se acerca a los ámbitos de la representación del Quijote; el quinto estudia el modelo iconográfico holandés; el sexto, el francés; el séptimo, el inglés; el octavo, el español, y el noveno, los trabajos de Hogarth y de Chodowiecki.

Como mito, don Quijote ha sido objeto de infinidad de representaciones pictóricas y sus aventuras se han prestado a la escenificación teatral y filmográfica. Según se fue imponiendo como clásico literario, los editores del Quijote cuidaron la presentación de la [End Page 494] obra: los preliminares incluyeron biografías de Cervantes y comentarios críticos y la obra se ilustró por medio de colecciones de láminas que recreaban las escenas más significativas de la época. Con la transformación de la recepción del Quijote a lo largo de tres siglos, las representaciones pictóricas varían conforme a la imagen que de la obra y sus protagonistas se formaron los lectores. No solamente pintan los artistas a don Quijote de muy diferente guisa sino que también escogen aventuras muy dispares. Por ello afirma Lucía, contundente y adecuadamente, que 'hemos de intentar descubrir en sus líneas [i.e. en las imágenes] las claves que expliquen qué aspectos de la obra se han ido valorando y cuáles se han abandonado a lo largo de tantos siglos' (20).

A tal efecto, el autor propone la teoría de la lectura coetánea, que tiene por objeto la recogida de datos mediante los cuales entender la lectura de una obra en un momento determinado. En el caso de los grabados del Quijote, procede analizar tres aspectos: 1) la jerarquía iconográfica o programa iconográfico, i.e. la preponderancia de ciertas aventuras, personajes y elementos en la representación pictórica en un momento y una cultura concretos; 2) el vínculo iconográfico, i.e. las relaciones entre una representación pictórica y otras; y 3) el lenguaje iconográfico, i.e. la...

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