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  • Los grupos políticos y sociales en la 'Crónica sarracina'
  • Juan Carlos Bayo
Inés de la Flor Cramer , Los grupos políticos y sociales en la 'Crónica sarracina'. Currents in Comparative Languages and Literatures, 136. New York: Peter Lang. 2005. ISBN 0-8204-7101-1.

La Crónica del rey don Rodrigo, más conocida como Crónica sarracina, de Pedro del Corral, es una manifestación de la historiografía goticista que figura entre los productos culturales más interesantes del siglo xv. A pesar de haber sido muy leída en su época, y de haber constituido la principal fuente del ciclo de romances sobre el último rey godo y la pérdida de España, continúa siendo obra relativamente poco estudiada. De ahí que uno no pueda sino congratularse de la aparición de un estudio dedicado a ella. A la hora de abordar la espinosa cuestión de su género, Cramer la caracteriza como híbrido en que confluyen la épica, los libros de caballerías y las narraciones ascéticas, y perfila su planteamiento a partir de las ideas de Mijaíl Bajtín sobre los géneros discursivos y Hayden White sobre la historiografía. Ello le proporciona una atalaya para su propósito principal: analizar la imagen de los grupos políticos y sociales en la obra. Así, observa que la Crónica tiende a ensalzar a los caballeros cristianos y presentar una visión deshumanizada de los moros, asociada a su carácter de 'otros', si bien aparecen ocasionalmente rasgos negativos en aquellos y positivos en estos en función del relato; Cramer indica que en cambio los judíos son presentados persistentemente según un estereotipo negativo y que Corral llega a inventar episodios para confirmar prejuicios tradicionales. El caso de las mujeres es distinto: la autora apunta que su representación está marcada por la misoginia, pero que llegan a tener un papel complejo comparable al que tenían en la sociedad contemporánea. Su conclusión final es que el objetivo de la Crónica sería inducir a la concordia a las clases dirigentes del turbulento reinado de Juan II mediante el ejemplo de la caída de los godos.

Personalmente, tiendo a discrepar en diversos aspectos de la interpretación de Cramer. Me parece que a veces subestima algo la importancia de la tradición cronística. La complejidad en el tratamiento de las mujeres podría derivarse en último término de la polémica implícita sobre el papel asignado a la Cava en la disolución del reino visigótico. Cramer suele separar elementos medievales y renacentistas en la presentación de Corral; en mi opinión, estos son a lo sumo tardomedievales. A veces uno tiene la impresión de hallarse ante una vieja tesis dada con prisas a imprenta, sin acceso reciente a una biblioteca bien dotada de fondos sobre el tema tratado y otros afines. Aparte de erratas, hay lagunas bibliográficas un tanto sorprendentes, aunque hay que reconocer la dispersión de los esfuerzos en torno a Corral. Brilla por su ausencia la única edición asequible de la obra, a cargo de J. D. Fogelquist (Madrid, 2001) - Cramer se basa en el texto de la última impresa hasta entonces (Alcalá de Henares, 1587) -, aunque quizá sea más de lamentar que no hayan sido considerados estudios desde diferentes perspectivas como el de J. M. Cacho Blecua, 'Los historiadores de la Crónica sarracina', en Historias y ficciones (Valencia, 1992), 37-55, que hubiera llevado a Cramer a argumentar con más peso algunas [End Page 491] de sus propias opiniones. De todos modos, nos hallamos ante una lectura más atenta de una obra medieval de lo hoy habitual y, en suma, se trata de una aportación que merece ser considerada por aquellos interesados en la Crónica sarracina.

Juan Carlos Bayo
Fatih Üniversitesi, Istanbul
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