Francisco Ayala: El escritor en su siglo (review)

La publicación de un nuevo libro en torno a la figura de Francisco Ayala es siempre motivo de regocijo para los lectores del polifacético granadino. La presente obra de Luis García Montero ofrece una versión redonda de la biografía intelectual del centenario escritor. En Francisco Ayala encontramos un bello ejemplar repleto de fotos que representan al escritor en distintos momentos de su vida y lugares de su ubicación profesional, reproducen ediciones de sus obras más notables, más una miscelánea que comunica una visión muy cabal del periplo de Francisco Ayala a lo largo de un siglo.

Dado que, a partir de 1939, Ayala se ve obligado a abandonar España hasta mediados de los setenta, tiene sentido que el libro se estructure según unos cronotopos muy familiares. Los capítulos son ocho y en ellos García Montero relata en un estilo claro y asequible los episodios más salientes de una existencia plena y ejemplar. El inaugural nos remite a un lejano 16 de marzo de 1906 cuando nace el niño Francisco Ayala en el seno de una acomodada familia y donde empieza su educación como hijo de un abogado y una pintora. El segundo, más largo en páginas y años, da fe de la formación institucional del joven Ayala a medida que cursa el bachillerato en el Instituto de San Isidro de Madrid y más tarde en las facultades de Derecho y Filosofía y Letras. Son estos unos años cuyos ratos más provechosos se reparten entre las salas de lectura de la Biblioteca Nacional y las visitas cada vez más frecuentes a algunas redacciones de revistas y periódicos. Los felices resultados de todos estos esfuerzos apenas se hacen esperar dados el empeño y la brillantez de su protagonista. A los diecisiete años aparece la primera colaboración en la prensa madrileña, a los diecinueve publica su primera novela, Tragicomedia de un hombre sin espíritu; la segunda, Historia de un amanecer, sale al año siguiente. Muy pronto Los lunes de El Imparcial, La Gaceta Literaria y Revista de Occidente le abren espacio en sus páginas. El tercer capítulo comienza según Ayala parte hacia Berlín donde estudiará año y pico, se casará y entablará relaciones duraderas con una generación de jóvenes intelectuales alemanes y sus maestros. A su vuelta a España recoge la cosecha de dos libros más, la colección de relatos El cazador en el alba y la de artículos, Indagación del cinema. La década de los treinta, de las más agitadas en la vida de nuestro escritor, está comprendida en el cuarto capítulo. En sus páginas vemos al catedrático de Derecho Político, al diplomático, al narrador, al intelectual republicano y al conferenciante universitario que se desvive por su país. Con el término de la Guerra Civil, Ayala encaja no sólo la destitución de su puesto en la universidad y el resto de sus cargos sino la muerte de su padre y un hermano. A raíz de estos golpes decide dejar España con su mujer e hija. Un exilio que había de durar cuatro décadas comienza en el quinto capítulo, iniciando una larga estancia, desde 1939 a 1949, en Buenos Aires. Es entonces donde pone a dura prueba su sabia aserción de que la patria del escritor es su lengua. En Suramérica Ayala no ceja en su totalizante labor intelectual y funda la revista Realidad, escribe su monumental Tratado de Sociología, y vuelve a la narrativa con opúsculos magistrales semejantes a "El Hechizado" y "El Inquisidor." Su estancia en Puerto Rico la documenta el capítulo sexto que abarca desde 1949 hasta últimos de 1957. Son unos...