Abstract

Since 2003, Cuba has dramatically expanded its decades-long program of international humanitarian missions. This article explores the political, economic, gender and racial equality dimensions of Cuba's international missions at various scales of analysis. At the macro-level, medical export services have in recent years replaced tourism as a source of hard currency in Cuba, with positive political and economic results. Their impacts on the domestic front are complex. In Cuba, health workers' devalued salaries in a dual economy are a substantive incentive to volunteer for missions abroad. The expansion of international medical missions is thus a means for health professionals—a large part of whom are female, black or mulato—who are otherwise disadvantaged in the dual economy, to improve their livelihoods. It is also re-structuring the delivery of health care in Cuban neighborhoods.

Abstract

Desde 2003, Cuba ha expandido dramáticamente su programa, con décadas de historia, de misiones humanitarias internacionales. Este artículo explora las dimensiones políticas, económicas y de género y raza de las misiones internacionalistas cubanas en varias escalas de análisis. A macro-nivel, los servicios médicos de exportación han reemplazado al turismo en los últimos años como fuente de moneda fuerte en Cuba con resultados positivos, tanto en lo político como en lo económico. Sus impactos en la vida doméstica son complejos. En Cuba, debido a la economía dual, los salarios de los trabajadores de la salud se han visto devaluados y esto incentiva a dichos trabajadores a brindarse voluntariamente para las misiones en el exterior. La expansión de las misiones médicas internacionales es una manera de mejorar el estandar de vida de los trabajadores de la salud, de los cuales una gran parte son mujeres, negros o mulatos. La mencionada expansión también trae como resultado una restructuración de los servicios médicos para la población cubana.

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