Abstract

José Martí, revered as an inspirational figure in the struggle for Cuban independence, lived most of his short but remarkable life in exile. Driven from the shores of colonial Cuba at the age of seventeen, Martí spent the next two decades formulating ideas about what a liberated Cuba might be like by traveling to, residing in, and writing about other countries that had thrown off the imperial yoke. While Mexico and the United States are recognized as having played key roles in Martí's intellectual development, little attention has been paid to Guatemala, where he taught school and mixed in elite circles in 1877 and 1878. This essay examines Martí's experiences in Guatemala and discusses how his time there, by exposing him to the liberal agenda of General Justo Rufino Barrios, furnished him with a concrete example of nation building that Martí not only admired but also was moved to champion.

Abstract

José Martí, venerado como la gran figura que inspiró la lucha por la independencia cubana, vivió en el exilio la mayor parte de su corta pero extraordinaria vida. Partió de la isla con diecisiete años, empleando las dos siguientes décadas en formular las ideas sobre la libertad de Cuba, lo mismo viajando que residiendo en varias ciudades y escribiendo sobre otros países que se habían liberado del yugo imperial. Mientras que México y los Estados Unidos han sido reconocidos en su importante papel en el desarrollo intelectual de Martí, poca atención se ha prestado a Guatemala, donde se dedicó a la enseñanza, integrándose en los círculos de la élite guatemalteca en 1877 y 1878. Este ensayo examina la experiencia de Martí en Guatemala, y discute cómo en estos años, en el contexto del liberalismo del general Justo Rufino Barrios, conoció un ejemplo concreto de la construcción de una nación. Martí no sólo le demostró admiración, sino que lo tomó como modelo.

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