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MLN 116.2 (2001) 392-418



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En búsqueda del paraíso perdido:
La historia natural como imaginación diaspórica en Cristina García

Adriana Méndez Rodenas

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Esta es la tierra más fermosa que ojos humanos vieron . . .

Cristóbal Colón, Diario del
Primer Viaje
(1492)

Nuestra raíz última y fundamental es la naturaleza.

Alfonso Silva Lee, Cuba natural (1996)

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Las palabras del Almirante al divisar por primera vez tierra cubana impulsan el mito fundacional de concebir la isla de Cuba como Paraíso, mito evocado por el "nacimiento y esplendor" de la naturaleza tropical (Lezama Lima 128). En el siglo XIX, el sentimiento de asombro de los primeros conquistadores tiene eco en la impresión favorable de los viajeros científicos, particularmente Alejandro von Humboldt, quien nombra por primera vez la diversa flora y fauna de la isla, deleitándose en el "paisaje marino de los Jardines y Jardincillos," archipiélago de islas que se extiende desde la costa de Camagüey hasta la Isla de Pinos (Lezama Lima 203). Al develar los misterios de la naturaleza e imaginar la isla como espacio edénico, Humboldt se convierte en el "segundo descubridor" de Cuba (Ortiz 46, 72); la mirada de Humboldt, aunque extranjera, le otorga al paisaje insular [End Page 392] un hondo sentido cultural e histórico. "En los periplos circulares del Barón de Humboldt," nos augura Lezama, ". . . hay un esclarecimiento de símbolos culturales" (201), señalando así el impacto de la historia natural al proveer imágenes fundacionales de la identidad nacional, del sentimiento de arraigo al territorio insular. Al comparar al científico alemán con el Almirante--"Humboldt evoca en su periplo por las islas paradisíacas, la visión de Colón en su segundo viaje" (203)--Lezama señala el impacto de la literatura de viajes en conformar una imagen de la isla que perdura en el sentimiento entrañable de identidad nacional, el sentido de "pertenencia" propio del criollo decimonónico. 1

¿Cómo se ven las costas de Cuba desde la otra orilla? Cintio Vitier, discípulo de Lezama, acuña el término "lejanía" para agrupar a los escritores del destierro; específicamente, a los poetas fundadores del siglo XIX--José María Heredia y José Martí--cuyo deseo de nación dibuja desde lejos los contornos de la isla (70, 73). Eco de la evocación romántica y modernista, la lejanía también es pertinente en este nuevo siglo. Si en "Recuerdo de Humboldt," Lezama conjura el método del científico alemán de establecer analogías con otros paisajes y otras latitudes, de acuerdo al método lezamesco de la imagen histórica podríamos comparar "la apropiación de la lejanía" (Gil) por parte de los cubanos de la diáspora del 1959 con el sentimiento análogo de los viajeros y poetas decimonónicos. Para los escritores y artistas de la llamada "generación-una-y-media" (Pérez Firmat, Life 4), la imagen paradisíaca de la isla adquiere un relieve emotivo a la vez más intenso y paradójico. 2 Estos escritores, situados a mitad de camino entre la Cuba pérdida en la niñez y la gran extensión de tierra que representa el mapa expansionista de Estados Unidos, recrean múltiples imágenes de la isla, como espacio vedado, elidido en la memoria (Pérez Firmat, Next Year) o como fuente de reminiscencias que evocan el universo preedípico de la infancia [End Page 393] (Medina, Exiled Memories). A diferencia de los viajeros decimonónicos, pero repitiendo, quizás inconscientemente, el mismo gesto, el viaje de retorno de esta generación se bifurca en dos caminos o rutas: "los pasos perdidos" o cruce fantasmático a través de la barrera del tiempo, y "los pasos prohibidos," ya que el efímero viaje toma lugar en medio de los obstáculos y embates de la política. Aunque aparezcan como rutas divergentes, la odisea...

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