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  • ¿El final de la modernización literaria?: técnica y tecnología en la crítica de Angel Rama 1
  • José Eduardo González

Es conocido que según las teorías de Angel Rama la profesionalización del escritor latinoamericano en este siglo jugó un papel central en el desarrollo de la literatura del continente. Consecuencia inmediata de una modernización social que comenzó hacia finales del siglo anterior, esta profesionalización fue una de las fuerzas que estimularon, entre otras cosas, la autonomía literaria latinoamericana y la aparición del Boom de los años sesenta y setenta. 2 En la obra de Rama mismo se puede ver otro tipo de efecto secundario de dicha modernización pues en su crítica literaria existe un proyecto de profesionalización similar al que transformó la literatura latinoamericana. Se trata por supuesto de la profesionalización de la crítica literaria latinoamericana. Una de las mayores tareas que Rama se propuso, como ha señalado Tomás Eloy Martínez, fue “la refutación de las idées reçues, de esos [End Page 380] lugares comunes consagrados como verdad por una larguísima tradición crítica” (XXXIV). 3 De esa manera corrige, refina e investiga la verdad que existe en esos clichés, y contribuye a poner al día la crítica en América Latina, aplicando así a su trabajo intelectual la misma razón instrumental que desde finales del siglo pasado la modernización venía empleando para modificar la sociedad latinoamericana. De ahí que Rama constantemente mencionara en sus estudios la tradición de críticos latinoamericanos que lo habían precedido (Henríquez Ureña, Alfonso Reyes, Silvio Ramos, Sanín Cano) cuyo magisterio no podía ni debía ignorar 4, pero cuyos análisis literarios e históricos la obra de Rama “corregía” como parte de ese proceso de refinamiento y profesionalización. 5 El ensayo “La tecnificación narrativa” 6 está repleto de tales correcciones y pedidos de rigurosidad. En un típico análisis ramiano, allí se defiende a García Márquez del ataque de “arcaísmo” que le achacaban los partidarios de la modernización y experimentación literaria en América Latina. Rama sugiere que, contrariamente al lugar común, no fue solamente el uso de técnicas narrativas avanzadas lo que hizo de la literatura latinoamericana una exitosa en el exterior durante las décadas de los sesenta y los setenta, sino que la novela latinoamericana “ha triunfado [End Page 381] gracias a que, a pesar de su modernización, sigue estando vinculada a operaciones tradicionales, incluso a contaminaciones folklóricas” (Rama, La novela 333). 7 Para finalmente descartar completamente esta acusación al demostrar definitivamente que la novela de García Márquez no es menos moderna o controlada por el impulso de la modernidad que las que aparentemente son más sofisticadas.

Este afán de Rama por conectar su crítica con una tradición de pensamiento crítico en América Latina, a cuya profesionalización quería contribuir, lo llevó a realzar la presencia de críticos latinoamericanos (o que han contribuido al desarrollo de la crítica latinoamericana) en su obra y a usar sus argumentos a menudo como punto de partida para sus propias reflexiones sobre la cultura latinoamericana. Por otro lado, y como consecuencia de este deseo de acentuar la tradición latinoamericana, la presencia de las influencias “extranjeras” en sus textos es disminuida, cuando no desaparece completamente, borrada por su voluntad latinoamericanista. Notables ejemplos de este procedimiento ramiano los vemos en sus análisis sobre la autonomía artística en Latinoamérica. Rama menciona menos los estudios de Walter Benjamin y T.W. Adorno los cuales fueron [End Page 382] pivotales para el desarrollo del concepto del arte autónomo en este siglo, que las aportaciones de Henríquez Ureña, en cuyas ideas de la “literatura pura” y de la división del trabajo, Rama con toda propiedad ve una conexión con las ideas de la escuela de Frankfurt (Darío 44–46). 8 Igualmente en sus estudios sobre el modernismo...

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