Juan Ramón Jiménez. Pasión perfecta (review)

Escribir sobre la vida de otra persona es tarea muy difícil, especialmente cuando se trata de compaginar el mundo exterior de los hechos con el interior de las motivaciones, deseos, frustraciones y logros. Si a esto se le añaden otros componentes, como son el hecho de que se trata de la vida de alguien muy conocido y excelso y de que esa persona no sólo dejó escritas varias autobiografías, sino que cuenta con otras tantas buenas biografías, la tarea es verdaderamente complicada. No obstante, Rafael Alarcón ha logrado lo indecible: escribir a estas alturas una biografía de Juan Ramón Jiménez que, tomando en cuenta la información habida y añadiendo otros datos nuevos que se conocen hoy sobre el poeta, formula la vida de éste partiendo ya de estos presupuestos. Por ende consigue darnos una visión de Juan Ramón no sólo precisa y abarcadora, sino sucinta y clara, en relativamente pocas páginas.

En la elaboración de esta biografía, Alarcón parte de testimonios de las personas que conocieron al poeta, como fueron su sobrino, Francisco Hernández-Pinzón, Ricardo Gullón y Graciela Palau de Nemes, así como de las biografías existentes hasta la fecha: la de Graciela Palau de Nemes (1957), Francisco Garfias (1958) y Antonio Campoamor González (1976, versión actualizada en 2001); aportaciones muy importantes y fundamentales para conocer a Juan Ramón, pero que habiendo sido escritas hace ya bastantes años no recogen los datos de la etapa del exilio que aporta Zenobia en sus Diarios, ni otras obras publicadas posteriormente, tales como Guerra en España 1936–1953 (publicada en 1985) y Tiempo 1941 (publicado en 1986), libros trascendentes para el estudio biográfico. Rafael Alarcón demuestra además en la elaboración de esta biografía los amplios conocimientos que posee de los poemas y textos críticos de Juan Ramón de todas las épocas, especialmente de sus epistolarios, diarios, autorretratos y textos autobiográficos, ofreciendo a lo largo del libro exposiciones precisas del significado de este o aquel libro o poema, dentro del contexto de la vida y obra del autor.

Siguiendo los preceptos de Ortega para el buen biógrafo, según lo expuso en Pidiendo un Goethe desde dentro (1932), Alarcón quiere determinar en su libro si la vida de Juan Ramón fue fiel a su destino singular y concluye que estas palabras de Ortega parecen haber sido escritas para Juan Ramón, porque este poeta no sólo tuvo una gran vocación constante (la poesía), sino un destino grandioso, alcanzado en parte gracias a su intuición poética y a su tenaz exigencia para consigo mismo en la creación de su obra.

La vida de Juan Ramón, según demuestra Rafael Alarcón, fue la de un hombre en perpetua lucha consigo mismo: con su carácter y personalidad (la extrema sensibilidad, suspicacia, irritabilidad e intransigencia de todo gran creador), con su enfermedad (neurosis depresiva y trastornos psicosomáticos), con circunstancias vitales, sociales e históricas (ruina de su familia, incomprensión de la sociedad y guerra que le obligó a abandonar España) y la propia exigencia desmesurada por dar forma acabada y unitaria a toda su obra. Alarcón no sólo describe los hechos de la vida diaria de Juan Ramón y de las personas que se relacionaron con él, sino que ofrece una visión sintetizadora de cómo Juan Ramón fue formándose para estar siempre a la cabeza de la poesía que se escribía en las distintas épocas que le tocó vivir.

A comienzos de siglo, fue el mejor lírico modernista, junto a Manuel y Antonio Machado; durante las vanguardias de los años veinte y treinta se consagró maestro de la joven literatura con su poesía desnuda y sus incursiones en un surrealismo muy singular...