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  • La cultura letrada en la Nueva España del siglo XVII. Vol. 2 de Historia de la literatura mexicana desde sus orígenes hasta nuestros días
  • Wilfrido H. Corral
Chang-Rodríguez, Raquel , Coord. La cultura letrada en la Nueva España del siglo XVII. Vol. 2 de Historia de la literatura mexicana desde sus orígenes hasta nuestros días. México, D.F.: Siglo Veintiuno, 2002. 744 páginas.

Desde que Ángel Rama lo resucitó, el término "letrado" circula entre esplendores y miserias interpretativas; sin embargo, esta es la primera colección que lo conjuga y adjudica explícitamente. Ésta es, además, la confirmación más reciente de la trayectoria de Raquel Chang-Rodríguez como perita en los estudios de la colonia hispanoamericana, promovedora de ellos, y del enfoque interdisciplinario requerido para escribir cabalmente sobre el campo. Esa metodología es la propuesta asumida como plantilla para este tomo de la gran historia literaria coordinada por Beatriz Garza Cuarón. Aunque uno que otro texto ha aparecido en otras formas, la totalidad de estas versiones constituye una biblioteca sobre la cultura letrada novohispana (y más) gracias a la coordinación, que permite que varias colaboraciones particulares brillen dentro de las seis partes y la cronología en que se divide el tomo. También es patente el ecuánime registro de colaboradores, experiencias, origen y ocupación pedagógica, y es higiénica la ausencia de textos reciclados, ideas momificadas y grupillos académicos, especialmente cuando la cultura novohispana también era "letrada" por su dinamismo.

Ya que ocuparse de cada artículo incluido sería quedarse en lo descriptivo, son particularmente reveladoras y fuentes de futuras investigaciones la cuarta y quinta [End Page 113] partes, dedicadas respectivamente a "La consolidación eclesiástica" (considerando la carga religiosa del momento, basada en la demonización del "otro" indígena, se podrían ver las relaciones de la época como un tipo de exorcismo) y "Lingüística y filología". Si es verdad que, por lo menos en la investigación sobre la literatura conventual, se siguen descubriendo vetas aparentemente inagotables, los capítulos de Asunción Lavrin (de larga experiencia en el tema) y Manuel Ramos Medina (sobre los cronistas de monjas) en la cuarta parte ponen en excelente perspectiva las lecturas actualizadoras que quieren hallar milagros protofeministas exclusivistas donde hay otros factores culturales igualmente reveladores. Es notable que las diferencias conceptuales sean asunto de formación, convicción y dedicación. Carlos Herrejón Peredo analiza "Los sermones novohispanos", para lo cual se puede echar de menos Les péchés du nouveau monde: les manuels pour la confession des Indiens, XVIe-XVIIe siècle (1993), en que Martine Azoulai establece una tipología que conecta penitencias, confesiones y misiones a través de las Américas de la época. También podría sorprender la ausencia de referencias a tomos de similar ambición publicados en España, o en inglés, con una metodología muy diferente que tiende a mezclarse con teorías poscolonialistas y su jerigonza.

Hago esa salvedad porque, si la selectividad es el derecho de todo crítico o enfoque teórico, también revela una condición que no es el privilegio de los que trabajan en el campo colonialista en América Latina, Estados Unidos, o Europa. En este tomo la inteligente decisión de Chang-Rodríguez y sus colaboradores es concentrarse en el análisis directo y firme de los textos. De esta manera la quinta parte establece un contrapunto, porque además del carácter panorámico de sus tres ensayos, la bibliografía in situ empleada por los autores rara vez aparece en los estudios foráneos que teorizan sobre la ideologización de la lengua española que se convirtió en habla novohispana. Merece atención especial, en un momento en que pocos colonialistas pueden leer algo en lengua latina, el ensayo "El latín en la Nueva España" de Dietrich Briesemeister. Aparte de las razones históricas en torno al desarrollo del español que los filólogos reclaman con razón, para Briesemeister...

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