Entre la plaza del Marqués de Busianos y la calle Abadía de San Nicolás de Valencia se localizó, en el año 2002, un cementerio de la antigüedad tardía a ambos lados de una calzada y superpuesto a dos recintos funerarios de época altoimperial que la bordeaban, y en el oriental se documentó un monumento funerario templiforme. El cementerio debía de situarse al oeste de la ciudad y al sur de una de las calzadas principales, la actual calle Cavallers, prolongación, en otro tiempo, del decumanus maximus (fig. 1). Su localización se puede relacionar con la cristianización de la topografía urbana y reutilización de espacios paganos. Aunque la arqueología no ha probado el uso del edificio funerario templiforme altoimperial como lugar de culto, la historia confirma el carácter religioso del espacio circundante con la construcción en época islámica de una mezquita sobre la que se erigió, en 1238, la iglesia de San Nicolás.