una distinci6n intelectual: era indicio de un status envidiable, denotaba un boyante acomodo en la jerarquia social. No olvidemos que" clerecia" designaba un'repertorio de saberes'(" por ti se clerescia"[Alex., 38a]) ya la vez un'estamento'(" de toda clerescia avie grant abundanga"[2582b]). En una sociedad de complejidad progresiva-por la circulacion de mercancias y personas, por el auge de las ciudades, por el reforzamiento de la monarquia-, la formacion cultural tenia un precio, cumplia un papel y otorgaba una posici6n. A los" letrados," ya fueran especificamente juristas-y tendian a serlo-, ya no pasaran de" entender bien gramatica," les corres-pondia participar en la funcion piiblica en tanto jueces, legisla-dores, notarios; les tocaba poner en el orden de la burocracia, de la administraci6n y del derecho un mundo en el que emergian nuevos centros de poder y riqueza y se alteraban las relaciones en la estructura politica y economica. La educacion proporciona ahora dinero e influencia." El que estudia en la escuela catedralicia se imagina un futuro halagiiefio. Si la fortuna le sonrie, puede Ilegar a arcediano, maestrescuela, chantre. Quiza quede en simple parroco de una buena parroquia urbana. Pero puede velar por 61 la providencia y conseguir estudiar en Italia o en el sur de